Tiene un villano de lo más repulsivo, un retaco bigotudo, vociferante y caprichoso cual infante, que trata a sus súbditos de malas formas. Carece por completo de estilo y carisma. Así es toda la película, repleta de diálogos inoportunos y obvios.

La trama es absurda y forzada. No es una historia memorable, pero lo peor es que presenta un transcurso plomizo. Uno pone de su parte, pero la película aburre durante la gran mayoría de tiempo. La estética de derribo es acompañada de una dirección monótona y fotografía estática. Algunas de las escenas de acción son cutres, con muchos cortes de plano. La última no está mal, y el comienzo también me gusta, pero es poco para la hora y cuarenta que dura.

En un principio, el bueno de Charles la iba a tener con un desgraciado que le quería imponer a quién tenía que coger para trabajar sus tierras, pero su enemigo potencial acabó siendo ese mafioso tan bidimensional con el que coincidió en la cárcel.