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Voto de William Somerset:
10
7,3
13.402
Bélico. Drama
Otoño de 1936. David Carr (Ian Hart), un joven comunista en paro, deja Liverpool para intervenir en la guerra civil española, dentro del bando republicano, e ingresa en la Brigada Internacional del frente de Aragón. Allí conocerá a muchos milicianos procedentes de toda Europa y Estados Unidos, en especial la española Blanca (Rosana Pastor), una atractiva anarquista. David y Blanca están convencidos de luchar por la defensa de la ... [+]
15 de septiembre de 2010
15 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magistral y sobrecogedora en todos los aspectos. Los actores actúan perfectamente, el guión no tiene fallos, las personalidades de cada personaje están muy bien hiladas, el compositor ha sabido realizar su trabajo como nunca y es un encanto visual. Ed Wood no lo podría haber hecho mejor. El sistema de utilizar a actores no profesionales y dejarles que hagan lo que mejor sepan es, sin duda, un gran acierto.
Si mostráis el spoiler, podréis leer los momentos que más me han emocionado.
Si mostráis el spoiler, podréis leer los momentos que más me han emocionado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
No puedo olvidar la entrañable escena en la que un pobre miliciano, que hace lo imposible por mantener la esperanza, descubre mediante una carta que su mujer le está engañando con otro hombre y , al instante de leerla, se avalanza contra las tropas enemigas. No obstante una buena amiga le para los pies y le muestra, no sin esfuerzo, en menos de un minuto, lo bello que es vivir.
Tampoco puedo olvidar la tensión del momento en el que unos pocos milicianos están aprendiendo disciplina y una mujer (seguramente la actriz que la interpretaba deseaba impresionar al público, proeza que logró) decide improvisar el hastío e indiferencia que le producen todas las maniobras milicianes e intenta ise de allí. A su vez, el actor que interpretaba el papel de miliciano encargado del adiestramiento, intenta improvisar, cosa que hace pero sin conseguir quitarse la cara de espanto de saber que le están grabando.
Hay que recordar la escena de notable importancia histórica en la cual se muestra el dilema sobre colectivizar o no. Los actores y el equipo técnico de esta escena improvisada rayan la perfección al ser capaces de realizar unos quince minutos de caos colectivizador en TODOS los aspectos. Los actores emplean notablemente el uso de muletillas y los técnicos un pulso diestro con el que logran que sólo se vea el micrófono un par de veces. Además, para añadir cierto dinamismo, transcuriridos unos diez minutos, aparece en escena un inglés que no sable hablar español y necesita ser traducido.
Tampoco puedo evitar recordar al oficial del ejército franquista, el mas malo maloso de todas las personas, ni al cura asesino y mentiroso que matan porque se lo merecía simplemente al no compartir los mismos ideales.
Podría seguir idolatrando el resto de la película pero concluiré expresando la fuerte emoción que expermienté al observar como la nieta del protagonista deposita la tierra de la tumba de Blanca en la tumba de su abuelo. No pude evitarlo. De mis vibrantes ojos surgieron lágrimas cristalinas vacilantes de emoción.
Tampoco puedo olvidar la tensión del momento en el que unos pocos milicianos están aprendiendo disciplina y una mujer (seguramente la actriz que la interpretaba deseaba impresionar al público, proeza que logró) decide improvisar el hastío e indiferencia que le producen todas las maniobras milicianes e intenta ise de allí. A su vez, el actor que interpretaba el papel de miliciano encargado del adiestramiento, intenta improvisar, cosa que hace pero sin conseguir quitarse la cara de espanto de saber que le están grabando.
Hay que recordar la escena de notable importancia histórica en la cual se muestra el dilema sobre colectivizar o no. Los actores y el equipo técnico de esta escena improvisada rayan la perfección al ser capaces de realizar unos quince minutos de caos colectivizador en TODOS los aspectos. Los actores emplean notablemente el uso de muletillas y los técnicos un pulso diestro con el que logran que sólo se vea el micrófono un par de veces. Además, para añadir cierto dinamismo, transcuriridos unos diez minutos, aparece en escena un inglés que no sable hablar español y necesita ser traducido.
Tampoco puedo evitar recordar al oficial del ejército franquista, el mas malo maloso de todas las personas, ni al cura asesino y mentiroso que matan porque se lo merecía simplemente al no compartir los mismos ideales.
Podría seguir idolatrando el resto de la película pero concluiré expresando la fuerte emoción que expermienté al observar como la nieta del protagonista deposita la tierra de la tumba de Blanca en la tumba de su abuelo. No pude evitarlo. De mis vibrantes ojos surgieron lágrimas cristalinas vacilantes de emoción.