A estas alturas ya todos sabemos que Garci es un director personalísimo. En mi opinión, tiene algunos batacazo y muchas películas solo correctas, pero también una obra maestra del cine español como «El abuelo», que sigo considerando insuperable, y referentes del cine negro castizo con su saga «El crack». Así que, por mi parte, tiene toda mi confianza en el séptimo arte, porque sé que puede hacer grandes cosas.

La mejor forma para entender «You’re the One» es decir que está construida sobre la emoción, tal y como Garci la concibe. El amor, el desamor, la nostalgia, la tristeza, ¿pueden reflejarse en imágenes, en formas físicas, visuales? Garci nos demuestra que sí. Casi en una expresión sinestésica, vemos que la depresión huele a vainilla, que el mar desprende recuerdos del pasado, que la tristeza es en blanco y negro, que el amor tiene rostro de maestro de escuela, que la esperanza (aunque sea imposible) es una conversación entre mujeres y que la felicidad sabe a risa, a nieve, a cine, a puros.

El tono que se imprime, la atmósfera, ya nos muestra lo emocional que es todo, lo íntimo, lo espiritual, y por eso nos encontramos llorando de repente sin saber por qué; quizá sea porque, simplemente, sentimos. A esa emoción contribuye la increíble fotografía de Pérez Cubero, donde todo es bello, todo, y esa belleza está más allá de las imágenes, como la forma en que susurran y pronuncian los actores; las palabras que salen de sus bocas suenan, ni siquiera a Hollywood, sino a obra de teatro antiguo. Puede parecer artificioso, de acuerdo, pero es la voluntad del director de crear esa estética concreta. Mención especial para la banda sonora adaptada, con Puccini a la cabeza, y la original, para la que Pablo Cervantes diría que compone una de las mejores melodías del cine español.

Julia Gutiérrez Caba supera cualquier halago, cualquier descripción, está espectacular, soberbia, monstruosa; qué voz, qué porte, qué expresiones, qué profundas complejidades intuimos en el alma de la tía Gala. Lydia Bosch representa el ideal, el sueño, la mujer. Miramón conmueve, quizá el que más, y Juan Diego configura un gran personaje tragicómico. Ana Fernández es todo ternura y la verdad es que habría que decirle a esta chica, Pilara, que su marido no merece tantos miramientos cuando prefirió echarse al monte y luego huir sin pensar ni en familia ni en nada.

Al mismo tiempo, «You’re the One» está repleta de clichés ideológico-progres que realmente son innecesarios, pero que están ahí y hay que tragar con ellos. Los ricos que se casan sin amor, fríos; el zascas a la iglesia y a la fe, y los republicanos artistas, lo que nunca puede faltar; en serio, ¿es que no pondrán nunca un represaliado camionero, médico…, yo qué sé, jardinero?

Le falta posiblemente un punto climático más potente, porque a mí la carta de ultratumba no me lo parece, ni me ha gustado, pero por lo demás «You’re the One» es un gustazo, un placer, una hermosura. Cine de calidad por el que no pasa el tiempo. Ya un clásico.