Me gusta el título «Burn the Witch», está chulo y es bastante evocador. Aunque, claro, para evocador, la portada del anime con dos bellezones con uniforme de instituto tuneado; una rubia y otra morena, una la seria y otra la graciosa; la callada y la chillona. Es lo que hay.

Si tengo que elegir waifu, prefiero a la morena Noel, que es más tranquila y sensata. Su compañera rubia se llama Nini y es una idol/estudiante/bruja..., lo normal. A mí esto de mezclarlo todo, de que seas lo que seas tengas que ir a un instituto o colegio es que me desespera un poco. No es cosa solo de «Burn the Witch», por desgracia ocurre en la mayoría de animes de nuestro tiempo, y me satura. Los caballeros del zodíaco eran guerreros y punto, no había que dar más explicaciones ni hacía falta que se pusieran el uniforme, por muy atractivo y fetichista que sea.

Total, que Noel y Nini son estudiantes de brujería en un Londres alternativo al real, estilo Harry Potter, donde existen brujos que luchan contra dragones… Contado así, como que queda un poco tonto, pero en realidad no lo es tanto. Con solo tres capítulos y si lo consideramos como una película, no está mal. Al principio parece que la trama principal va a ser la de las brujas protegiendo al poseído Balgo, lo cual me hubiera encantado y es mucho mejor que la deriva hacia la dragona con la loca del pelo rosa. Al menos la historia se cierra, pero con la puerta abierta a una continuación que podría ser interesante, espero mucho de Balgo; no puede ser tan pardillo, por favor.

Acción, magia y frivolidad. De acuerdo.