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España España · Málaga
Voto de Kaori:
5
Ciencia ficción. Fantástico. Acción Los X-Men luchan por la supervivencia de la especie en una guerra que se desarrolla en épocas diferentes. Los personajes de la trilogía cinematográfica original de “X-Men” unen sus fuerzas a las que ellos mismos poseían en el pasado, cuando eran más jóvenes (tal y como aparecen en “X-Men: Primera generación”), para cambiar un importante acontecimiento histórico y librar una épica batalla que podría salvar nuestro futuro. (FILMAFFINITY)
21 de junio de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si en la anterior película con la primera generación nos explicaban los motivos ocultos de la Crisis de los Misiles, en la esperadísima, al menos por mi parte, «Días del futuro pasado» nos dan la clave del asesinato de Kennedy. Increíble. Y cuidadito, que está Magneto de por medio. ¡Ay!, Erik.

Tener a Hugh Jackman y a Michael Fassbender juntos no es un placer del que uno disfrute todos los días, así que, niñas, no renunciéis a este deleite si los X-Men os traen sin cuidado y os veis arrastradas al cine por algún adicto a Marvel, que sé que ocurre. Hugh Jackman hasta nos ofrece un desnudo trasero en su personificación de Lobezno, fortalecido como una bestia y menos fiera, quizá porque tiene pocas oportunidades para emplear las garras. Quien de verdad arrasa es el imponente Fassbender, con un Magneto poderosísimo, implacable, con autoridad y con un despliegue de mutación genética que pone los pelos de punta. Ese momento insuperable con sombrero y canicas de acero entre las manos es clase en estado puro. Fassbender es demasiado hombre, es demasiado actor, y creo que Singer lo sabe y por eso le mira tanto. El tercero en poner tablas y oficio es James McAvoy, de quien siempre he dicho, y me reitero, que es un pedazo de actor. Lo suyo es naturalidad británica. Otra vez los actores rescatan la película. Mística y Lawrence están sobrevaloradas.

La trama, que con toda intención pretende disimular sus errores recurriendo al aturdimiento visual y computarizado, empieza de la forma menos optimista: una narración cercana a lo lamentable por lo cursi y un punto de partida al que no hay que buscarle fundamento, porque no lo tiene. Que a Xavier y compañía se les ocurra en un minuto la idea, nunca antes llevada a la práctica, de que hay que viajar al pasado para arreglarlo todo, y además justo a ese día y no otro, es poco riguroso. Los conflictos morales que se plantean son un bulo, no tienen sentido; la supuesta duda reside en elegir entre una acción mala que indudablemente empeorará todo y una acción buena que lo mejorará. Ni hay dilema ni hay sorpresa. Magneto también meterá, no ya la pata, sino todo el cuerpo, en un fallo monumental a la hora de prever las consecuencias de sus actos; estoy pensando en ese «tengo que matarte para que no nos descubran»... y ahora te persigo delante de una multitud y cámaras de televisión. Además, los cambios operados en un posible futuro alternativo por el hecho de evitar la guerra tendrán que explicarse en otras entregas, cosa que dudo mucho que ocurra porque, en mi opinión, se lo han sacado todo de la manga sin pensar en la lógica.

Lo que sí me ha gustado, porque creo que ya iba necesitándose en la saga, es ese tratamiento tan particular que Singer le da a los poderes. Se recurre mucho a la cámara lenta y se busca una composición original, meticulosa, bonita. Seguro que la escena de Quicksilver y su garbeo extra rápido con el «Time In A Bottle» de fondo os deja anonadados.

Esta última aventura tiene el suficiente encanto en su ligereza como para sentarte y dejar de pensar. Los mutantes modifican su propia historia, así que a partir de ahora, ¿qué? Lo veremos.
Kaori
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