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España España · Málaga
Voto de Kaori:
6
Comedia. Fantástico Brendan Fraser es un joven torpe y bondadoso, con poco éxito en la vida, que vende su alma al diablo (una explosiva Elizabeth Hurley) a cambio de unos deseos que no se ven del todo cumplidos. (FILMAFFINITY)
2 de agosto de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una comedia demoníaca, a su manera, y romántica es lo que nos propone Harold Ramis. Lo primero que llama la atención es el original planteamiento, donde el Príncipe de las Tinieblas es Princesa, interpretada por la belleza británica Elizabeth Hurley, que cumple las fantasías sexuales de un montón de hombres apareciendo con un variopinto surtido de disfraces. Este simpático Demonio nos cae bien desde el principio y a mi por lo menos me tiene ganada desde el mismo momento en que reconoce lo mucho que le gusta Elliot, el protagonista que será víctima de sus propios deseos.

Porque, señores, yo no me creo que un tipo como Brendan Fraser, por muy pardillo que sea, pase tan desapercibido en su oficina como para que cualquier mujer no sepa ni que existe. Eso es mentira. Así, me alegro de que al menos esta Princesa del mal se de cuenta del «potencial», como ella misma afirma, que tiene Elliot, un hombre que a parte de su atractivo físico es todo corazón y buenos sentimientos. Maltratado de un modo vergonzoso por sus compañeros de trabajo y enamorado en silencio de una mujer que, tal y como están las cosas, es un imposible para él, su vida cambiará por completo cuando un Demonio muy seductor le convenza para que hagan un pacto: su alma a cambio de siete deseos.

Por supuesto, nada saldrá como él espera y en el camino hacia el Infierno conseguirá algo mucho más importante que cualquier fantasía: conocerse a sí mismo, dar el paso para ser la persona que debe ser y hay en su interior. Momentos divertidos, transformaciones inauditas, guión ágil, respetuosa parodia de todo lo sobrenatural y final feliz, no creo que desvele ningún misterio diciendo esto último.

Cuando Elliot desea en un momento dado ser más atractivo es para partirse de risa. Hijo, para eso no te hace falta ningún diablo. A por todas, «guapetón».
Kaori
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