Era obligatorio ver el que dicen que es uno de los mejores anime de las últimas décadas. Esto ya impone bastante, así que hay que procurar abstraerse y ser todo lo objetivo que uno pueda.

De entrada, lo que me sorprende es que un drama como este se cuente con un tono tan infantil. Es cierto que como a mitad de la serie adquiere mayor formalidad, pero nunca abandona esa ligereza porque está en su ADN. Así que no importa que un personaje muera horriblemente o acaben ocurriendo mil desgracias, porque la madurez no la da tragedia, sino el punto de vista y la actitud. Ese tono ligero no es malo por sí mismo, pero en mi opinión no pega para nada con la historia que nos están contando, con las ideas de fondo que sustentan la trama.

El planteamiento en principio me parece bien: dos hermanos alquimistas buscan la piedra filosofal para recuperar sus cuerpos amputados o directamente desaparecidos. El primer error de todo esto es el de siempre: la falta de información. Este mundo en el que se desarrolla la historia, ¿cómo es? ¿Quién gobierna? ¿Es un mundo alternativo al nuestro, o es nuestro mundo dentro de cien años? Nada de esto nos lo aclaran, y el problema es que realmente esta información se demostrará vital para entender lo que ocurre luego: qué papel tiene el Ejército, cuál es el sistema de gobierno, cuáles son esos otros territorios de los que se habla, quiénes viven en esas regiones «del norte» o «del sur» con los que se hace o no la guerra, las creencias que existen... De nuevo hay una obsesión por mantener la intriga, el misterio a toda costa, dar la información a medias y de una forma un tanto oscura, cuando es innecesario, cuando nada de eso mejora la narración y de hecho la estropea al convertir un argumento sencillo en un caos que satura e impacienta.

Edward y Alphonse, los protagonistas, caen muy bien y son buena gente, pero su aventura termina siendo menos estimulante y aprovechable que la del Ejército con sus carismáticos personajes y el coronel Roy Mustang a la cabeza. En serio que no entiendo el trato que se le da a este hombre, que tiene una enorme personalidad y una historia personal apasionante, pero a quien pocos parecen comprender, Edward menos que ninguno. Esa desconfianza me parece solo un recurso forzado para mantener a Mustang fuera de la trama y así alargarla y complicarla, porque todos sabemos que cuando intervenga solucionará los problemas. Sin lugar a dudas protagonizará el momento culminante de la serie, además de que su alquimia de fuego es una belleza y su chasquear de dedos es la superclase personalizada. Su relación con la teniente Hawkeye tiene un algo entrañable, profundo y sensual que nos habla mucho de su carácter y de que, efectivamente, es un incomprendido.

Amena, no digo que no, pero para esto no se requería tanto ni tanta algarabía.