Van Damme como director y actor sacó esta «The Quest». No le deis más vueltas: siéntate y echa a volar tu imaginación.

No es una buena película y la verdad es que salva por lo pelos (de Van Damme), pero lo cierto es que tiene un encanto desenfadado, un tono de aventura para toda la familia, un marco temporal colonial muy bien metido, a un Roger Moore estupendo y un argumento entre juego de videoconsola y fantasía de niño y entrenador de gimnasio: la de un torneo secreto en el que participan los mejores luchadores del mundo. Van Damme, tú eres el mejor, y lo sabemos, la película no va andarse por las ramas en este sentido, así que podrás sufrir al principio pero luego triunfarás.

Van Damme parece autoplagiarse y recurre a muchas ideas que ya hemos visto en sus anteriores películas, así que sorpresas y originalidad no es que haya mucha. La parte del torneo es lo importante y, bueno, no brilla, pero entretiene, así que seré generosa.

Y ya sabéis por qué lo soy.