Yo es que no he entendido esta película, así de claro lo digo.

No entiendo qué hacen estas personas juntas y revueltas, por qué, de dónde nace su relación. Alguien puede argumentarme que eso no importa, pero yo creo que sí importa, que es bueno plantear desde el principio quiénes son los personajes. ¿A qué tanto misterio con los vínculos familiares? Esto produce una confusión innecesaria que en lo personal no entiendo a qué se debe y que desubica el relato.

Tampoco comprendo la historia. Tengo un padre y casa propia, pero por algún motivo prefiero vivir de arrimada y prostituirme. Me encuentro un niño, no sabemos si abandonado, perdido o secuestrado, ¡y me lo llevo! Pero qué… La niña de mis vecinos sufre maltrato familiar y, claro, ¡me la llevo también! Los servicios sociales, ¿no investigan a los padres de Yuri? Es que ponen a las autoridades idiotas perdidas. Enseñar a los niños a robar y no llevarlos al colegio, ¿es una buena educación, le parece normal al director?

Señores, las intenciones pueden ser buenísimas, pero a la larga, hacer mal las cosas, con esas libertades que tanto se alaban, trae consecuencias negativas. La película es que ni siquiera condena estos comportamientos, sino que echa la culpa a los demás, a lo normativo. Perdona, no, eres tú mismo quien ha cometido una estupidez detrás de otra.

Porque además hay que hacer trampas para que cuele el mensaje de que la pobreza, la delincuencia y el desarraigo familiar traen la felicidad: aquí todos están de acuerdo con todo, no hay discrepancia ninguna, se lo perdonan todo, les parece fenomenal todo, no hay quejas ni frustraciones. El personaje de Shota da la impresión de que tiene algún tipo de conflicto, pero a fin de cuentas nada, ha sido precioso y te quiero mucho, papá.

No, hijo, así no.