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Voto de Kaori:
5
6,5
2.069
Comedia. Musical
Primera película de los inimitables y geniales hermanos Marx. Groucho es el director del hotel "Los Cuatro Cocos" que atraviesa dificultades económicas. Debido a una inminente quiebra, se procede a la subasta del hotel por parcelas, pero la cosa se complica con la llegada de Chico y Harpo, y el robo de un valioso collar. (FILMAFFINITY)
14 de noviembre de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver la primera película de los Hermanos Marx está más cerca de ser una experiencia sentimental que cinematográfica. Los cuatro Marx se van a la playa de «Los Cuatro Cocos» y sientan algunas de las bases humorísticas y personales que iremos viendo a lo largo de su carrera. Como declaración de intenciones no está mal.
El caos se hace presente y el absurdo domina la realidad por primera vez en pantalla. Las bromas pueden hacer más o menos gracia, pero ese genial estilo identificable y único está ya ahí: la agudeza satírica de Groucho, la armonía muda de Harpo, el liderazgo desquiciante de Chico, la anarquía inteligente, la libertad sometida al humor y a ese punto de nobleza entrañable que todo ser humano debe tener. Así, los Marx ayudarán a la sempiterna parejita enamorada que tendrá que sortear ciertos obstáculos mientras desbaratan los planes de los malos malosos de la historia.
El momento subasta y pre subasta entre Groucho y Chico es una pequeña joya del humor en medio de una película que desde luego no se encuentra entre las mejores de los Marx pero que sirve como curioso y simpático aperitivo para lo que vendría después. Groucho recurre demasiado a los juegos de palabras para mi gusto, el espectáculo musical aburre, y no por ellos, y a Harpo se le da poco protagonismo. Aunque para nulo protagonismo, el de Zeppo. Pobrecito mío.
¿Una parcelita en la playa?
El caos se hace presente y el absurdo domina la realidad por primera vez en pantalla. Las bromas pueden hacer más o menos gracia, pero ese genial estilo identificable y único está ya ahí: la agudeza satírica de Groucho, la armonía muda de Harpo, el liderazgo desquiciante de Chico, la anarquía inteligente, la libertad sometida al humor y a ese punto de nobleza entrañable que todo ser humano debe tener. Así, los Marx ayudarán a la sempiterna parejita enamorada que tendrá que sortear ciertos obstáculos mientras desbaratan los planes de los malos malosos de la historia.
El momento subasta y pre subasta entre Groucho y Chico es una pequeña joya del humor en medio de una película que desde luego no se encuentra entre las mejores de los Marx pero que sirve como curioso y simpático aperitivo para lo que vendría después. Groucho recurre demasiado a los juegos de palabras para mi gusto, el espectáculo musical aburre, y no por ellos, y a Harpo se le da poco protagonismo. Aunque para nulo protagonismo, el de Zeppo. Pobrecito mío.
¿Una parcelita en la playa?