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Voto de yescasnuts:
8
6,0
1.114
Romance
Historia de amor entre un fotógrafo que está perdiendo la vista y una joven un poco desconectada de la sociedad qué trabaja narrando películas para ciegos. (FILMAFFINITY)
17 de noviembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya sorprendió Naomi Kawase con la genial y espiritual An, titulada en España una pastelería en Tokyo. La directora Japonesa nos trae ahora un relato muy diferente, un relato con la búsqueda de la vida y de la belleza a través de la luz como temas centrales, que Kawase utiliza de manera metafórica para decir mucho más.
La película narra la historia de Misako, una mujer que trabaja doblando películas para ciegos; narrando las escenas, para que las personas invidentes puedan imaginarlas y así seguir el hilo conductor de un filme. Un día, durante una sesión, conocerá al señor Nakamori, un fotógrafo que se está quedando ciego poco a poco y bajo su punto de vista, convirtiéndose en un ser inútil.
Voy a poner el resto de mi crítica en la zona Spoiler, con mi propia interpretación de la obra de Kawase, en caso de que haya algunos lectores que quieran llegar completamente vírgenes al visionado de la película.
La película narra la historia de Misako, una mujer que trabaja doblando películas para ciegos; narrando las escenas, para que las personas invidentes puedan imaginarlas y así seguir el hilo conductor de un filme. Un día, durante una sesión, conocerá al señor Nakamori, un fotógrafo que se está quedando ciego poco a poco y bajo su punto de vista, convirtiéndose en un ser inútil.
Voy a poner el resto de mi crítica en la zona Spoiler, con mi propia interpretación de la obra de Kawase, en caso de que haya algunos lectores que quieran llegar completamente vírgenes al visionado de la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Como el el propio título indica, la luz juega un papel fundamental en esta película. Kawase utiliza este recurso para crear escenas realmente bellas, como en la que vemos a los protagonistas iluminados por la luz crepuscular que a su vez se mete en un prisma que crea reflejos. Como consecuencia, la luz se utiliza en esta película como metáfora para la vida, una vida que los dos protagonistas van persiguiendo, como se sugiere en la película que dobla la protagonista. En el caso de Misako, ella busca la luz, o la vida, de su padre y su madre: él fallecido hace unos años, ella, con una enfermedad que la impide llevar una vida normal. En el caso de Nakamori, su visión, o su luz, en otras palabras su vida, se está apagando. Un hombre dedicado a la fotografía y al cine, que juega constantemente con la luminosidad de las cosas, observa como su vida, poco a poco se va apagando.
Pero Kawase se muestra aquí optimista, es posible encontrar luz en la oscuridad. Los protagonistas irán descubriendo pueden encontrar esa luz, esa belleza, esa vida de muchas otras maneras. En este sentido, la película nos muestra de manera muy persona y poética (Así es el estilo y la marca personal de Kawase) esta compleja reflexión que conviene ver con paciencia y dejándonos llevar, incluso como se sugiere en la propia película, dejándonos sumergir en ese mundo nuevo que es el cine.
La película cuenta con la preciosa música de Ibrahim Maalouf, música que se activa en momentos clave en la película, pero que no trata de enfatizar el drama, sino de reforzar el clímax de la película.
En definitiva, con Hacía la Luz, Naomi Kawase reafirma su posición como directora clave en el panorama de cine de autor actual. Sin olvidar sus antiguas películas, pues esta directora tiene ya un largo recorrido como cineasta, estoy deseoso de ver sus nuevos proyectos.
Pero Kawase se muestra aquí optimista, es posible encontrar luz en la oscuridad. Los protagonistas irán descubriendo pueden encontrar esa luz, esa belleza, esa vida de muchas otras maneras. En este sentido, la película nos muestra de manera muy persona y poética (Así es el estilo y la marca personal de Kawase) esta compleja reflexión que conviene ver con paciencia y dejándonos llevar, incluso como se sugiere en la propia película, dejándonos sumergir en ese mundo nuevo que es el cine.
La película cuenta con la preciosa música de Ibrahim Maalouf, música que se activa en momentos clave en la película, pero que no trata de enfatizar el drama, sino de reforzar el clímax de la película.
En definitiva, con Hacía la Luz, Naomi Kawase reafirma su posición como directora clave en el panorama de cine de autor actual. Sin olvidar sus antiguas películas, pues esta directora tiene ya un largo recorrido como cineasta, estoy deseoso de ver sus nuevos proyectos.