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España España · Tromaville
Voto de Erizio:
2
Ciencia ficción. Acción. Thriller. Terror En el siglo XXIII, el mayor Mitch Hunter (Jane) lidera una lucha contra un ejército de necromutantes que habitan en el mundo subterráneo. (FILMAFFINITY)
23 de enero de 2009
20 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al principio de esta pinícula se nos muestra un texto en el que se nos relata la típica profecía, de esas de "Hace mucho tiempo, apareció una amenaza que casi se carga a toda la humanidad, pero un héroe se los cargó a todos o, bueno, por lo menos, los selló en un lugar que nadie encontraría. Pero claro, en el año nosecuántos, ese sello está a punto de liberarse, y solo el legado de aquel héroe lo podrá detener de una vez para siempre". Pues aquí la amenaza son unos mutantes (unos calvos pálidos con cuchillas y resistentes a las balas) que son creados a partir de los humanos por unas máquinas que colocaron los aliens, cágate. Y los que mantienen todo el secreto de los mutantes, son una especie de monjes. Y también nos habla de cómo está en el año 2700 organizado el mundo, lo cual nos importa una mierda, sinceramente. Porque a partir de que nombran eso, no vuelve a tener más importancia.

El caso es que, cuando se acaba la parte textual, nos movemos a una guerra de infografías no demasiado caras en las que, para ocultar el presupuesto, no vemos casi nada. Y creo que no es culpa del brillo de mi pantalla, no. Es así todo el metraje, que es lo peor, así que uno tiene que achinar los ojos para intentar vislumbrar un personaje por aquí, un espadazo por allí... y esas cosas.

El caso es que en esa batalla se abre la puerta para que los mutantes salgan a la luz y se carguen a todos, y en cuestión de minutos el mundo se va al garete y solo Ron Perlman que no sé qué pinta aquí puede reclutar un grupo de valientes estúpidos que se arriesguen a bajar al infierno de los robocs y cargarse la máquina y así salvar el mundo.

El grupo lo forman unos que son negros y que se sabe qué va a pasar con ellos, una china (la que hace de Miho en "Sin City" y que mi hermano dice que se parece a Amaia Montero), un hispano, más carnaza extranjera y luego está como líder absoluto El Castigador, al que estuve confundiendo todo el rato con Christopher Lambert, y es que aparte de parecerse muchísimo físicamente, al final hacen el mismo tipo de películas.

Y desde ahí, pues ya se sabe, según la filosofía «Si hay explosiones y vampiros (o sucedáneo), es bueno» tenemos un subproducto en el que un montón de tipos caen en el orden en el que te esperas, mientras un diarreico montaje hace el resto del trabajo. Apenas se puede vislumbrar nada, solo la sangre, que contrasta mucho con el resto de la colorimetría del metraje (sí, esta frase suena inteligente pero no lo es), y así uno supone que X o Y ha muerto. Y encima todos los malos son iguales. La imaginación brilla por su ausencia, y no hay ninguna muerte que mole. Y por supuesto, no hay guión, aunque el Christopher Lambert II suelta la típica frase sonrojante que debería sonar chulesca.

Si algo bueno tiene, es que por lo menos no vomitas las palomitas según la ves, pero ya. Sin más ni más, diré: «Bienvenidos a la primera fase del Doom». Porque eso es.
Erizio
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