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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
9
Terror. Thriller Polanski interpreta al agradable Trelkovsky, que vive en un apartamento de París que tiene un sombrío pasado... la anterior inquilina, una mujer joven, se tiró por el balcón. Sus pertenencias siguen allí... cosas que alimentan la obsesión de Trelkovsky por la mujer. ¿O tal vez le están llevando a la locura? (FILMAFFINITY)
21 de marzo de 2006
64 de 88 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si Roman Polanski ya había demostrado su carácter en el terreno del terror psicológico con magníficos filmes tales como Repulsión o La semilla del diablo, aquí logra su propuesta más febril y enfermiza, donde también interpreta el papel principal en una de sus mejores actuaciones y en una cinta realmente memorable.

El film en cuestión, nos adentra en la vida de un ciudadano de origen polaco y con nacionalidad francesa llamado Trelkovsky, que pretende afincarse en Francia. En su búsqueda para encontrar una vivienda, se topa con un edificio donde ha quedado libre un piso, precísamente porque la inquilina que lo regentaba se intentó suicidar la noche anterior, fracasando en el intento y quedando en estado de coma. Al saberlo, Trelkovsky decide ir a visitar a la muchacha en coma y es, precisamente, en el momento que la está visitando, cuando ella morirá. A partir de ese momento, el protagonista de nuestra historia empezará a vivir en el edificio y a presenciar hechos que le harán encontrarse en una extraña y desconcertante situación.

Con esta peculiar historia, Polanski dirige el film con maravilloso temple, otorgando una ambientación tan inquietante como escalofriante y logrando algunos momentos realmente truculentos. Además, el compositor Philippe Sarde nos brinda unas sinfonías sublimes, que acompañan a la perfección a los fotogramas elegidos por el director polaco.

A nivel interpretativo, cabe destacar, además de su dirección, la gran actuación de Polanski, que lleva en todo momento su personaje con sobriedad y elocuencia, consiguiendo en el último tramo de la obra unos resultados dignos de elogio. Los secundarios, además, cumplen con su función y en ningún momento llegan a desentonar en la obra.

Por si todo eso fuera poco, en algo más de dos horas, el film no llega a aburrir en ningún momento, aunque quizá sí pierda algo de intensidad en secuencias puntuales. Así pues, el excelente director de cintas como Chinatown, aquí eleva al cuadrado su capacidad para realizar cine de terror, llevando a cabo un retrato tan exhaustivo como increible y extravagante de su personaje y realizando un film para el disfrute del público más exigente.

En definitiva, una de las mejores propuestas que el realizador polaco nos haya podido servir y, por desgracia, una de las más olvidadas e infravaloradas películas de nuestro tiempo. Imprescindible en la trayectoria como director de Roman Polanski.
Grandine
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