"Cuéntame cómo pasó" es una de esas series que ha calado entre nuestros familiares más longevos (hablo, evidentemente, de todos aquellos que andamos por la veintena, más o menos) debido a que retrata con suma pericia y una ambientación lograda, acompañada de una buena fotografía, toda esa época que vivieron junto a sus mayores así que, como no, me ha tocado tragármela más de una vez, y digo tragármela, puesto que en un principio podía parecer una serie de cierto interés, pero a medida que ha ido avanzando y recurriendo a temas cada vez más reterativos y mánidos, uno se ha cansado, y lo que hago ahora es tragármela, sin más.

La cuestión es que no me había dado yo cuenta hasta que me puse a revisar las críticas de esta web, pero la amiga Tania tiene más razón que un santo, pues "Cuéntame cómo pasó" no es más que una revisión a la española de "Aquellos maravillosos años", extrapolando, claro está, todas sus virtudes al contexto nacional de la época retratada.

Y para qué mentir, en sus inicios esa revisión no estaba nada mal, personajes bien presentados, buenos actores, líos en familia de esos que se dan en las series, una puesta en escena prácticamente impecable y todas esas cosas que hacen que una serie en nuestro país se aleje del humor pedo-caca-culo-pis o del telenovelismo más pueril, cosa que suele suceder cuando se intenta trasladar algo a España o crear nuestro propio producto.

Pero como decían en "Irreversible", “El tiempo todo lo destruye”, y la serie protagonizada por Arias y dirigida por Cabrera es un ejemplo más de lo que esa frase conlleva, porque las tramas se han vuelto repetitivas hasta el hartazgo (los problemas de Toni, los líos del pequeño narrador en off, etc...) y los personajes parecen no avanzar más allá de lo visto y requetevisto en este tipo de productos, así que al final apartas la vista y piensas.. "¿por lo menos Tony Leblanc lo borda, no?", agachas la cabeza, asientes, y sigues cenando mientras tus padres comentan la jugada...