¿Eres uno de esos tipos antisociales que están todo el día tirados por casa viendo la televisión o quitándose las pelotillas del ombligo? ¿tienes menos vida social que un seguidor culé el día después de perder la liga y nosecuantos títulos consecutivos? pero... pese a todo ello ¿te gustaría organizar una fiesta y estar rodeadito de gente que se uniesen contigo a la celebración? ¡Entonces aquí está la solución a tu problema! ¡Cabinas Don Mercero! La instalan enmedio de una pequeña plaza, te metes dentro, ¡y ya verás! al cabo de unos minutos estarás rodeado de 10 o 15, pero al cabo de unas horas, ¡habrá más de cien personas rodeándote y admirándote! y quizá así puedas solucionar tus problemas de sociabilización sin demasiado esfuerzo. ¡No lo dudes! Llama ahora al 19-72 y obtén por el módico precio de 800 míseros € una cabina, ¡ideal para tus fiestas, guateques o orgías incontroladas! Y ahora, si llamas antes de una semana, de regalo obtendrás un bonito pack que te ayudará a encontrar e identificar las magníficas metáforas que guarda la obra de Antonio Mercero.

Y un pack así necesitaría yo, seguramente, porque quitando alguna que otra tontería, pues tampoco le veo tanta metáfora y tanto contenido al corto este, cuya única motivación para mi es ver donde va a parar finalmente José Luis López Vázquez y la dichosa cabina porque, quitando un par de momentos y situaciones, no da para más, ni produce tanta tensión, ni es tan agobiante amen de que, como ha apuntado el amigo Gilbert, posee más de un momento altamente inverosímil.

Aunque se ve sin mayor dificultad y entretiene el ratito que dura, se le podría colgar la etiqueta de sobrevalorado sin demasiado esfuerzo, de todos modos, se agradece que viniendo de donde viene, no sea lo mismo de siempre (ya se sabe, cine social, comedieta de enredos, etc...).