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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
7
Acción. Thriller El día de su boda, una asesina profesional (Thurman) sufre el ataque de algunos miembros de su propia banda, que obedecen las órdenes de Bill (David Carradine), el jefe de la organización criminal. Logra sobrevivir al ataque, aunque queda en coma. Cuatro años después despierta dominada por un gran deseo de venganza.
14 de noviembre de 2006
21 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de mostrar al mundo cinematográfico lo que podía llegar a dar, debutando con la magnífica Reservoir dogs, a la que sucedería Pulp fiction, film de culto para muchos, cinta algo sobrevalorada para mi, Tarantino siguió su camino con la divertida Four rooms y con, según dicen (más que nada, porque yo aun no he terminado de verla nunca), su película más endeble, Jackie Brown.
Quizá fue ese, el motivo por el cual Tarantino optó repentinamente por remoldear la fórmula que tanto éxito le había otorgado, ofreciendo en sus dos siguientes films: Kill Bill 1 & 2 un pastiché de, por lo que dicen, guiños, que a mi no me parecen más que una hábil jugarreta para seguir "sorprendiendo" a sus seguidores dando lugar a un cúmulo de acción desorbitada que tenía su inicio en la afortunada primera parte de esta saga, que momentaneamente sólo abarca dos films.

Lo que con total seguridad rescató el volumen 1 de Kill Bill de sus detractores, fue ese brillante montaje. Eso sí, brillante pero efectista, donde consiguió formar una historia simple pero funcional, donde el dinámico y ya mentado montaje otorgaba grandes bazas al realizador estadounidense.
Si bien la fotografía también juega un papel importante, tampoco se libra de la artificiosidad y el sensacionalismo que Tarantino añade a cada uno de los fotogramas de la cinta, jugando verdaderamente bien con las gamas cromáticas, pero ideando un urdido esquematismo para obtener un producto más resultón ante los ojos del espectador.

Quizá, a parte de un guión de acción totalmente inverosímil y unas carencias que son destapadas muy pronto, el principal error de la propuesta es el poco espacio que se da para que los poco trabajados personajes se vayan desarrollando a lo largo del metraje, pues si bien advertimos pequeños detalles sobre sus personalidades y rasgos, no llegamos a obtener la información suficiente sobre ellos como para introducirnos en según qué situaciones.
Vaya, que la oquedad hacía su mella en este, el quinto trabajo del autor de Reservoir dogs.

En definitiva, espectáculo hueco y eficaz, donde las insuficiencias del guión y de la realización son tapadas eficazmente gracias a un ajuste inteligente de los apartados más técnicos, dando gratísimos resultados algunas de las secuencias con filtro de blanco y negro o, por ejemplo, la breve historia a modo de flashback sobre el pasado de O-Ren Ishii.
No hay que olvidar tampoco una banda sonora perfectamente ajustada, que acompaña las imagenes sobriamente y ofrece la puntilla al desfile de desmembramientos, sanginariamiento y golpes por doquier con los que aquí nos obsequia Tarantino.
¿Sobrevalorada? sí, ¿efectista? también, ¿disfrutable? lo suficiente.
Grandine
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