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Voto de Ferdydurke:
3
6,2
3.889
Aventuras. Drama
Henri “Papillon” Charrière está en la cárcel por un crimen que no ha cometido. Condenado a cadena perpetua y enviado a una prisión de la Guayana Francesa, salva la vida a otro preso, Louis Dega, un falsificador de documentos que decide ayudarle a escapar. Juntos planean el más increíble plan de fuga. Remake de la película de 1973 'Papillon'. (FILMAFFINITY)
31 de agosto de 2020
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Silencio y oscuridad.
La historia es buena, conocida, pero no está bien explicada. Hay muchos agujeros y lagunas, todo es muy flojo, deslavazado y superficial, como telefílmico; no hay grosor, todo es liviano, no hay épica, todo es anecdótico, no hay ligazón, todo está desparramado; se suceden los acontecimientos de manera impersonal, anodina, mecánica, rutinaria, todo pasa porque sí, está enunciado, no sentido. Pululan los personajes a través de unas ideas que se les han adjudicado, pero, por cómo actúan, se ve que no se sienten identificados ni representados por ellas; no se corresponden las acciones con las supuestas motivaciones, ni su situación con su comportamiento, no hay conexión entre su adherida o endilgada psicología y su real actitud, manga por hombro. La amistad, tan fuerte, es poco creíble, las reclusiones, tan atroces, inverosímiles, las escapadas, lo mismo; es la copia de una copia de otra copia, y se nota, que en el camino fue perdiendo la identidad hasta quedar casi en nada, reducida a escombros, convertida en un fantoche sin alma. Es un reflejo apagado, opaco, un gesto perezoso, sin significado, una película funcional, burocrática.
El actor principal es guapo y atlético, pero eso, demasiado perfecto, parece un modelo, ni mucho menos salido directamente de los bajos fondos del París de los años treinta y ni hablar de su aspecto tras lo sufrido ya en prisión; y al otro le falta carisma, sustancia, vuelo, no tiene poso ni gracia apenas, un chiqulicuatre.
Se deja ver, eso sí, sin molestar ni ofender; agradablemente inane, tontamente pasable.
La historia es buena, conocida, pero no está bien explicada. Hay muchos agujeros y lagunas, todo es muy flojo, deslavazado y superficial, como telefílmico; no hay grosor, todo es liviano, no hay épica, todo es anecdótico, no hay ligazón, todo está desparramado; se suceden los acontecimientos de manera impersonal, anodina, mecánica, rutinaria, todo pasa porque sí, está enunciado, no sentido. Pululan los personajes a través de unas ideas que se les han adjudicado, pero, por cómo actúan, se ve que no se sienten identificados ni representados por ellas; no se corresponden las acciones con las supuestas motivaciones, ni su situación con su comportamiento, no hay conexión entre su adherida o endilgada psicología y su real actitud, manga por hombro. La amistad, tan fuerte, es poco creíble, las reclusiones, tan atroces, inverosímiles, las escapadas, lo mismo; es la copia de una copia de otra copia, y se nota, que en el camino fue perdiendo la identidad hasta quedar casi en nada, reducida a escombros, convertida en un fantoche sin alma. Es un reflejo apagado, opaco, un gesto perezoso, sin significado, una película funcional, burocrática.
El actor principal es guapo y atlético, pero eso, demasiado perfecto, parece un modelo, ni mucho menos salido directamente de los bajos fondos del París de los años treinta y ni hablar de su aspecto tras lo sufrido ya en prisión; y al otro le falta carisma, sustancia, vuelo, no tiene poso ni gracia apenas, un chiqulicuatre.
Se deja ver, eso sí, sin molestar ni ofender; agradablemente inane, tontamente pasable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
- No se sabe el tiempo que se tira en el barco de ida el bueno de Dega, y llega y a cagar, sin más (¿había aguantado hasta ese momento, cuánto rato, una semana, una hora, un año, tenía quizás estreñimiento, sufría de almorranas calladamente?). La duda me corroe.
- Se tira toda la película padeciendo infinitamente el pobre "Papi" por una relación contractual basada en una protección a cambio de un dinero que en verdad prácticamente nunca llega o siempre falta y del que ni sabemos ni el cómo ni el cuándo, convertido casi en un mito, pura ficción, como el santo grial.
- Se tira casi dos años en silencio y oscuridad, casi sin comer, sufrimiento monstruoso y debilitamiento pavoroso mediante, se supone, y al de un minuto, nada más volver a verle, Dega le propone volver a escaparse casi esa misma noche, ¿¡cómo!? La vida puede ser maravillosa.
- Le interrogan ansiosamente a "Papi" para saber el nombre del presidiario que le proporcionaba con su dinero los cocos, cuando saben que el único, mucho mejor amigo que tiene, y del que además dicen que le sobra la pasta, es Dega y desgraciadamente no se les ocurre por pura casualidad preguntarle justamente a Dega, que iba a confesar en un ay, si era él el responsable de todo ello, muy cocotero, qué maldita mala suerte.
- Dega es acosado por fieras inhumanas constantemente y es solo salvado in extremis por el coraje y la fuerza de "Papi" siempre, bueno, pues pierde al amigo unos años y cuando este regresa, Dega no solo no ha sido exterminado como una cucaracha, sino que ha aprovechado la benéfica ausencia de su generoso protector para mejorar mucho de vida y ascender socialmente que es una maravilla, transformado en un cuidado oficinista o pimpollo contable, sano como una lechuga, feliz como nunca. Claramente.
- Se ha escapado por los pelos, esta vez parece que definitivamente, de la monja diabólica y el paraíso indígena, y... vuelve para ser cazado al segundo siguiente... Vale.
- Se pasa otros cinco años de tormento inaudito, eso entendemos, y vuelve como si nada, después del aislamiento y vete a saber tú qué horrores nuevos. Perfectamente.
- Esa isla final más parece el patio de recreo de unos locos muy buenos, una isla ecologista llena de jipis muy pasados de todo o la isla del doctor Moreau antes que, diríamos, una prisión de máxima seguridad o lo que se supone que sería, en progresión geométrica, cada vez peor, lógicamente, el último anillo del infierno dantesco.
- ...
- Se tira toda la película padeciendo infinitamente el pobre "Papi" por una relación contractual basada en una protección a cambio de un dinero que en verdad prácticamente nunca llega o siempre falta y del que ni sabemos ni el cómo ni el cuándo, convertido casi en un mito, pura ficción, como el santo grial.
- Se tira casi dos años en silencio y oscuridad, casi sin comer, sufrimiento monstruoso y debilitamiento pavoroso mediante, se supone, y al de un minuto, nada más volver a verle, Dega le propone volver a escaparse casi esa misma noche, ¿¡cómo!? La vida puede ser maravillosa.
- Le interrogan ansiosamente a "Papi" para saber el nombre del presidiario que le proporcionaba con su dinero los cocos, cuando saben que el único, mucho mejor amigo que tiene, y del que además dicen que le sobra la pasta, es Dega y desgraciadamente no se les ocurre por pura casualidad preguntarle justamente a Dega, que iba a confesar en un ay, si era él el responsable de todo ello, muy cocotero, qué maldita mala suerte.
- Dega es acosado por fieras inhumanas constantemente y es solo salvado in extremis por el coraje y la fuerza de "Papi" siempre, bueno, pues pierde al amigo unos años y cuando este regresa, Dega no solo no ha sido exterminado como una cucaracha, sino que ha aprovechado la benéfica ausencia de su generoso protector para mejorar mucho de vida y ascender socialmente que es una maravilla, transformado en un cuidado oficinista o pimpollo contable, sano como una lechuga, feliz como nunca. Claramente.
- Se ha escapado por los pelos, esta vez parece que definitivamente, de la monja diabólica y el paraíso indígena, y... vuelve para ser cazado al segundo siguiente... Vale.
- Se pasa otros cinco años de tormento inaudito, eso entendemos, y vuelve como si nada, después del aislamiento y vete a saber tú qué horrores nuevos. Perfectamente.
- Esa isla final más parece el patio de recreo de unos locos muy buenos, una isla ecologista llena de jipis muy pasados de todo o la isla del doctor Moreau antes que, diríamos, una prisión de máxima seguridad o lo que se supone que sería, en progresión geométrica, cada vez peor, lógicamente, el último anillo del infierno dantesco.
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