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Voto de Ferdydurke:
7
6,5
18.032
Romance. Drama
Una noche, en una discoteca, ves a una chica, te enamoras de manera fulminante y se lo dices. Aunque no te hace mucho caso, pasas con ella el resto de la noche. ¿Qué ocurriría si, al día siguiente, no fuera la chica que parecía ser? Una noche, en una discoteca, se te acerca el típico chico que dice que se ha enamorado de ti. No le haces caso, pero después compruebas que no es el típico plasta, es simpático, encantador y realmente se ha ... [+]
21 de noviembre de 2013
378 de 411 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película dialéctica: Tesis, Antítesis y Síntesis.
Tesis: cortejo o asedio.
La primera parte se hace eterna y, por momentos, insufrible. Consiste en asistir, una vez más, al enésimo diálogo merluzo previo al posible apareamiento; al infinito tema: chico (guapo, cómo no) conoce chica (guapa, cómo no), le da la murga hasta el umbral de la tortura y ella resiste numantinamente mientras que, al mismo tiempo, le hace mohínes, le pone caritas de arrobo y en el fondo se derrite por sus huesos. Aquí, además, hay un plus de amaneramiento y extrema autoconsciencia. El espectador desea que acabe la mostrenca conversación y a ver qué pasa. Pues sí, termina afortunadamente, llegan a la casa, la conversación se va adensando y...
Antítesis: reverso oscuro o quiebra.
La segunda parte es el opuesto de la primera; el juego permanece pero los papeles han cambiado; el tono ya no es el mismo; hemos pasado de la comedia banal a la situación absurda y desasosegante; de la esperanza al desquiciamiento; del humor al terror psicológico (recuerda, por ejemplo, a los ambientes tensos y enfermizos de Polanski). Lo que estaba soterrado sale a la luz; la supuesta inocencia se transforma en lucha de poder, amenazas y estallidos de violencia. Se han quitado las máscaras y ya van en serio.
Síntesis: dolor, desesperación y aprendizaje.
Y llegamos al gran final que acaba de dar sentido a lo anteriormente esbozado; concreta lo sugerido y cierra todos los caminos y temas abiertos. Los grandes finales son los que dan coherencia y significado a lo anterior, y este lo hace de forma implacable, hermosa y necesaria.
Tesis: cortejo o asedio.
La primera parte se hace eterna y, por momentos, insufrible. Consiste en asistir, una vez más, al enésimo diálogo merluzo previo al posible apareamiento; al infinito tema: chico (guapo, cómo no) conoce chica (guapa, cómo no), le da la murga hasta el umbral de la tortura y ella resiste numantinamente mientras que, al mismo tiempo, le hace mohínes, le pone caritas de arrobo y en el fondo se derrite por sus huesos. Aquí, además, hay un plus de amaneramiento y extrema autoconsciencia. El espectador desea que acabe la mostrenca conversación y a ver qué pasa. Pues sí, termina afortunadamente, llegan a la casa, la conversación se va adensando y...
Antítesis: reverso oscuro o quiebra.
La segunda parte es el opuesto de la primera; el juego permanece pero los papeles han cambiado; el tono ya no es el mismo; hemos pasado de la comedia banal a la situación absurda y desasosegante; de la esperanza al desquiciamiento; del humor al terror psicológico (recuerda, por ejemplo, a los ambientes tensos y enfermizos de Polanski). Lo que estaba soterrado sale a la luz; la supuesta inocencia se transforma en lucha de poder, amenazas y estallidos de violencia. Se han quitado las máscaras y ya van en serio.
Síntesis: dolor, desesperación y aprendizaje.
Y llegamos al gran final que acaba de dar sentido a lo anteriormente esbozado; concreta lo sugerido y cierra todos los caminos y temas abiertos. Los grandes finales son los que dan coherencia y significado a lo anterior, y este lo hace de forma implacable, hermosa y necesaria.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
De ella sabemos mucho pese a que no nos explican casi nada (gran acierto: suele ser penoso cuando lo dan todo masticado y no te dejan imaginar nada); podemos deducir que es una chica extremadamente sensible, frágil y vulnerable que acaba de salir de una gran crisis (seguramente una depresión con intento o por lo menos deseo de suicidio) y que siente que no encaja; que no encuentra su lugar en el mundo y que teme no encontrarlo jamás. La noche en la que transcurre la primera parte es la primera vez que intenta salir después de mucho tiempo y, por temor a volver a romperse, tiene una actitud defensiva y cortante y al mismo tiempo angustiada y anhelante (de amor, calor humano o como queramos llamarlo).
Él es el típico y tópico chulo piscinas urbanita, tierno y encantador; el joven perfecto y superfluo; vacuo, tramposo y maravilloso que se mueve como pez en el agua en el campo abierto de la seducción de pacotilla y el ligue ocasional. Se cree más de lo que es realmente; no pasa de mequetrefe embaucador, de tahúr de medio pelo.
A ella, la experiencia le confirma sus peores temores: que no se puede confiar en la gente y que ella es incapaz de entender y jugar el juego ( "el hombre es un lobo para el hombre" y ella es una corderita indefensa y minúscula).
Él no ha aprendido nada, solo lo ha pasado mal por la reacción de ella. Su conocimiento llegará después, cuando la película se haya acabado; el suicidio de ella será el espejo en el que se verá patética y groseramente reflejado.
Película que parte de tópicos retrógrados y terriblemente manoseados; la sempiterna guerra de los sexos en la que la mujer es pasiva, busca el amor y el compromiso obsesivamente y aunque diga no (al sexo), en el fondo espera que sí; y en la que el hombre solo busca el sexo sin ataduras, miente como un bellaco (la mundialmente famosa frase de "... hasta meter... " o algo así) y aunque diga sí (al amor), en el fondo espera que no; y acaba transcendiendo progresivamente hasta convertirse en una gran película tanto formalmente (bella fotografía y perfecto montaje y utilización de la cámara) como sobre todo de contenido: reflexión atinada, matemática, cruda y poderosa sobre el amor, el sexo como campo de batalla sutil y complejo y especialmente sobre las relaciones humanas, el deseo de comunicarnos y entendernos y lo difícil y doloroso que puede llegar a ser todo eso.
Por último, los actores: él está bien en un papel difícil en el que quizás flojea en los momentos más dramáticos; ella está soberbia: precisa y delicada, contenida y desgarrada.
Él es el típico y tópico chulo piscinas urbanita, tierno y encantador; el joven perfecto y superfluo; vacuo, tramposo y maravilloso que se mueve como pez en el agua en el campo abierto de la seducción de pacotilla y el ligue ocasional. Se cree más de lo que es realmente; no pasa de mequetrefe embaucador, de tahúr de medio pelo.
A ella, la experiencia le confirma sus peores temores: que no se puede confiar en la gente y que ella es incapaz de entender y jugar el juego ( "el hombre es un lobo para el hombre" y ella es una corderita indefensa y minúscula).
Él no ha aprendido nada, solo lo ha pasado mal por la reacción de ella. Su conocimiento llegará después, cuando la película se haya acabado; el suicidio de ella será el espejo en el que se verá patética y groseramente reflejado.
Película que parte de tópicos retrógrados y terriblemente manoseados; la sempiterna guerra de los sexos en la que la mujer es pasiva, busca el amor y el compromiso obsesivamente y aunque diga no (al sexo), en el fondo espera que sí; y en la que el hombre solo busca el sexo sin ataduras, miente como un bellaco (la mundialmente famosa frase de "... hasta meter... " o algo así) y aunque diga sí (al amor), en el fondo espera que no; y acaba transcendiendo progresivamente hasta convertirse en una gran película tanto formalmente (bella fotografía y perfecto montaje y utilización de la cámara) como sobre todo de contenido: reflexión atinada, matemática, cruda y poderosa sobre el amor, el sexo como campo de batalla sutil y complejo y especialmente sobre las relaciones humanas, el deseo de comunicarnos y entendernos y lo difícil y doloroso que puede llegar a ser todo eso.
Por último, los actores: él está bien en un papel difícil en el que quizás flojea en los momentos más dramáticos; ella está soberbia: precisa y delicada, contenida y desgarrada.