Puro trabajo.
Es de esas que a grandes rasgos y a grosso modo están bien, visión panorámica, el amor contra todo(s), ellos dos son monos, ella sobre todo, grandes ojos, a vista de pájaro acierta, da el pego, a ojo de buen cubero, en cambia si bajas al barro, ¿para qué?, si agachas el hocico, te ensucias el lomo, memorias del subsuelo, se te caen ipso facto todos los palos del sombrajo, una vez pasado el cachondo y bien escrito prólogo, entramos en terreno desconocido,en barrena guapa, la llamada de la selva, el sonido de la jungla, nazis, que nunca falten, son la salsa, nativos, la ciudad o casa y los perros, muchos malos pensamientos, tramando atrocidades día y noche, venga, lo que surja, un pifostio, unas risas, un tremendo aburrimiento no nos engañemos, no hay quién se lo crea, ni la abuela, merienda de no tan negros, suma inveterada de inverosimilitudes y absurdos a trillones a cascoporro, de la patata el corro, corre, vuela, ama, surca los cielos.
Ambrose Bierce y Juan Rulfo. Por el amor de una mujer perdí la razón, el sino, el criterio. En busca de un genio, descubriendo a Forrester, los pasos perdidos, los paraísos recobrados, la botella, Lowry, Salinger, Hemingway, las minas del rey salomón, el pudridero, la vorágine, el paciente inglés, cuando ruge la marabunta, el años que vivimos peligrosamente, bajo el fuego.