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Voto de Ferdydurke:
2
6,8
13.358
Drama
Alice Howland (Julianne Moore) está orgullosa de la vida que tanto esfuerzo le ha costado construir. A los cincuenta, es profesora de psicología cognitiva en Harvard y una experta lingüista de fama mundial, con un marido exitoso y tres hijos adultos. Cuando empieza a sentirse desorientada, un trágico diagnóstico cambia su vida, al tiempo que su relación con su familia y con el mundo, para siempre. Con elegancia y delicadeza, la autora ... [+]
16 de febrero de 2015
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miras el género y pone drama. Creo que es un error, grave, que se han confundido claramente. Es de terror (melodramático; entre el espanto y la llorera); este tipo de películas tratan de dar miedo, impactar, acojonar, hacer llorar y temerte lo peor (¿O es que hay algo más terrorífico que perder la memoria y, por lo tanto, toda tu identidad; no saber ni a quién quieres ni dónde estás o quién eres?). Juegan con las mismas cartas marcadas que las del gore con los cutres asesinos, que las de los Poltergeist y demás fanfarria fantasmal y patética. La diferencia es el material y que, en aquellas, afortunadamente, el susto bordea con el humor, aquí no, el horror, para más inri, va acompañado de sensiblería barata y lágrimas caudalosas. Y otra diferencia todavía más grande consiste en que mientras en las del uuuuuu y el ayayay solo quieren entretener, no tienen ínfulas, excusas o justificaciones, asustan para pasar el rato y hacer dinero, en estas, la que nos ocupa, son más hipócritas, se venden como necesarias o valiosas, como vehículos para llamar la atención sobre algún asunto espinoso; que tratan de visibilizar una enfermedad para así ayudar a los enfermos, eso se suele decir o se suele dar a entender, pero yo creo que en verdad pretenden lo mismo que las otras, hacer dinero y, para colmo, pasar por prestigiosos y concienciados. Esa postura podría haber estado justificada si hubiesen elegido la opción documental, el rigor y la información, las causas, las consecuencias, los posibles remedios, paliativos y demás instrumentos que sirven para entender y mejorar, pero no es el caso cuando se utilizan los recursos del melodramón más tramposo y facilón, de la llantina y el golpe bajo constante*, donde cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, cuando la verdad huyó despavorida ante un amaño tan burdo y una ficción tan tosca. Porque vamos a ver; es en realidad solo una grosera acumulación, sin descanso ni remedio, in crescendo, de miradas familiares llorosas, de situaciones comprometidas, de miserias creadas y recreadas, no naturales ni espontáneas sino todo lo contrario, preparadas para remover al espectador, para conmocionarle y dañarle en un ejercicio claro de manipulación emocional, recurriendo a la identificación más primaria, a la pena más obvia, al sentimiento más simple y bruto.
En cuanto a la forma, hay que reconocer que la película es elegante, educada y eficaz narrativamente, con una gran Julianne Moore y una lograda pericia de todos.
En cuanto a la forma, hay que reconocer que la película es elegante, educada y eficaz narrativamente, con una gran Julianne Moore y una lograda pericia de todos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
* - En el colmo del retorcimiento sentimental se "inventan" lo de le herencia genética para aumentar la intensidad dramática e implicar a los hijos, más si cabe (ya no solo como seres pasivos, también ahora como posibles enfermos) en la tragedia.
- ¿No es demasiado descarado el recurso de elegir como victima a alguien tan feliz, tan inteligente, tan "rica", tan "joven", tan querida y familiar y admirada y resuelta y completa y perfecta y universitaria y sensata y decidida y lingüista y... para buscar un mayor efecto cuando sufra/surja la enfermedad, para que cause más contraste y dolor (si cabe), más sorpresa y sensación de injusticia y absurdo y... (si cabe)?
- ¿Por qué a partir de un determinado momento nos encontramos "solo" con sucedidos desgraciados y escabrosos?
- Está repleta de escenas tramposas, por ejemplo: se le caen los papeles en medio del discurso (¿era necesario insistir otra vez en lo mal que estaba para crear tensión?), olvida a su hija después de verla actuar (¿era necesario... ?), se miran con terror ante la posibilidad de que se le caiga el bebé, no encuentra el servicio y... se mea encima..., y así un sinfín de escenas que repiten, recrean, adornan, utilizan lo obvio, lo ya muy sabido, lo que no es necesario subrayar constante y machaconamente (salvo, como es el caso, que busques desesperadamente el impacto lacrimoso en el espectador) todo el rato.
Cuando algo es tan burdo, tahúr y evidente en sus (malas) intenciones, se consigue lo contrario de lo que se pretende (en mi caso por lo menos); me distancian, me enfrían, me irritan y, lo que es peor, llega un momento en el que no me creo nada, en el que tengo la molesta y extraña sensación de ver a señores trabajando que hacen como que actúan pero que se nota que no, y eso es muy grave, que ni siquiera logren el objetivo principal del cine, sentir que lo que ves es la vida (crearte esa ilusión, esa suspensión feliz y momentánea del juicio), y no una ridícula representación hecha por engañosos profesionales que nada tienen que ver con lo que cuentan.
- ¿No es demasiado descarado el recurso de elegir como victima a alguien tan feliz, tan inteligente, tan "rica", tan "joven", tan querida y familiar y admirada y resuelta y completa y perfecta y universitaria y sensata y decidida y lingüista y... para buscar un mayor efecto cuando sufra/surja la enfermedad, para que cause más contraste y dolor (si cabe), más sorpresa y sensación de injusticia y absurdo y... (si cabe)?
- ¿Por qué a partir de un determinado momento nos encontramos "solo" con sucedidos desgraciados y escabrosos?
- Está repleta de escenas tramposas, por ejemplo: se le caen los papeles en medio del discurso (¿era necesario insistir otra vez en lo mal que estaba para crear tensión?), olvida a su hija después de verla actuar (¿era necesario... ?), se miran con terror ante la posibilidad de que se le caiga el bebé, no encuentra el servicio y... se mea encima..., y así un sinfín de escenas que repiten, recrean, adornan, utilizan lo obvio, lo ya muy sabido, lo que no es necesario subrayar constante y machaconamente (salvo, como es el caso, que busques desesperadamente el impacto lacrimoso en el espectador) todo el rato.
Cuando algo es tan burdo, tahúr y evidente en sus (malas) intenciones, se consigue lo contrario de lo que se pretende (en mi caso por lo menos); me distancian, me enfrían, me irritan y, lo que es peor, llega un momento en el que no me creo nada, en el que tengo la molesta y extraña sensación de ver a señores trabajando que hacen como que actúan pero que se nota que no, y eso es muy grave, que ni siquiera logren el objetivo principal del cine, sentir que lo que ves es la vida (crearte esa ilusión, esa suspensión feliz y momentánea del juicio), y no una ridícula representación hecha por engañosos profesionales que nada tienen que ver con lo que cuentan.