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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
8
Comedia. Drama. Bélico M.A.S.H. narra las aventuras de dos cirujanos del ejército destinados a una unidad móvil médica en Corea durante la guerra. Tanto ellos como su equipo de enfermeras se toman el trabajo muy en serio pero, en su tiempo libre, las bromas constantes y la ironía hacen más llevadera la situación. (FILMAFFINITY)
13 de febrero de 2016
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Diástole y raspado.
Entre Porky´s y los hermanos Marx, esta sátira desmadrada, guarra y cafre acaba siendo no ya un claro corte de mangas al ejército, la guerra y todos los horrores que la rodean, sino además una gran carcajada en toda la cara de la vida/muerte, ahí es nada.
Desde el alucinante comienzo musical, ya se juega fuerte, no se disimula ni se esconden: el suicidio no duele, es estupendo, sin duda lo mejor. Por lo tanto, todo lo que vendrá a continuación ya no podrá sorprender ni escandalizar/molestar a nadie (salvo a los más puritanos y pacatos, claro); después de semejante enmienda bromista a la totalidad, al sentido mismo de toda la creación, o a su indigna perpetuación, el resto será un juego de niños, un pellizco de monja, cura sana, culito de rana.
Y de eso se trata, de reírse a calzón quitado, como jóvenes granosos y pajilleros, gamberros a tiempo completo, el humor como aguafuerte o esperpento disolvente, de toda forma de orden, autoridad, solemnidad, pomposidad o hipocresía, es decir, de todas las máscaras que adoptan los oportunistas y miserables, tantísimos, para tratar de salirse con la suya/sacara ventaja y convertirlo todo en un aberrante, y muy aburrido, valle de lágrimas, que nos quieren robar la primavera los muy cabrones.
Ya que una guerra es la prueba irrefutable de lo ridículamente absurdo, dolorosamente sarcástico y, en el fondo, cómicamente triste que es el mundo entero, muy al completo, como diría, más o menos, el bueno de Vonnegut, pues, entonces, dediquémonos a lo que de verdad importa; a jugar, reír, follar y compartir; a tratar de hacerlo todo más llevadero, a quitarle peso a las cosas, liberarlas de toda la carga de impostura, mendacidad, mediocridad y seriedad granujienta que acarrean debido al trabajo incansable, como hormigas obedientes o mansos borregos, de todos los innombrables severos.
No hay sutileza ninguna, aquí no cabe, no hay medias tintas ni medida, es una enorme y grosera bufonada. Pero es el espejo justo y necesario, el más apropiado, para el engendro más atroz que ideó el hombre, esa monótona y monstruosa carnicería, ese grotesco teatro bélico que nos ha acompañado desde el principio de los tiempos (y que lo hará hasta el fin, de eso no cabe duda posible).
P.D.: Los médicos que hicieron/protagonizaron esta función, los inmortales Hawkeye, Trampero, Sin dolor... y las maravillosas camaradas enfermeras que los acompañaron con tanto rigor y garbo, y dieron, además, mucho calor y regocijo, declaran, en bien de la comunidad y como urgente medida sanitaria, que esta obra inmarcesible no es recomendable, contraindicada más bien, para esa gente sensible, buena, melindrosa o con una gran conciencia. Menos todavía para madrugadores, abstemios o seres responsables y maduros; ni hablar de solidarios o tolerantes, vade retro a todos ellos. En casos parecidos el riesgo de epidemia, llantina y mareos enfebrecidos es alto, muy probable seguramente. Mejor dejar el juguete solamente para el recreo/manejo de todos los desastrosos/desesperados bufones que lo perdieron (casi) todo por el camino, hasta, hay que joderse, la puta vergüenza y el elevado decoro y, no por ello, hay que ver, dejaron de reír.
Ferdydurke
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