Que el final de Breaking Bad era algo difícilmente superable era algo que prácticamente todos dábamos por hecho. Ataba todos los cabos de forma memorable, y nos regalaba una conclusión épica como pocas.
Con la noticia de que se iba a hacer una película de Breaking Bad, empecé a sentirme algo raro. Quería ver más de ese universo, quería más, pero a la vez tenía el miedo de que no se hiciera algo a la altura. Y así ha sido.
Conste que Vince Gilligan aún tiene mi respeto. Porque considero valiente querer contar lo que pasó después de la serie y porque a nivel técnico, El Camino es muy buena, de hecho, de ahí viene el 5. Pero el resultado final decepciona y mucho.
Básicamente porque después de dos horas de metraje, uno espera ver a Jessie evolucionar, lo espera cambiado, espera una metamorfosis del personaje que nunca ocurre. La película va pasando y uno espera un giro de los acontecimientos, pero al final, prácticamente no pasa nada. Apenas hay una escena memorable, pero el resto es difícil que lo quiera volver a ver.
Y sinceramente, para contar el final de Jesse que se cuenta aquí, valía con un tweet. O con dejarlo con el final de la serie, donde había incertidumbre y a la vez esperanza. Quería que me gustara y quería un final de nivel.
Soy fan acérrimo de la serie, pero solo de la original, y me quedo con lo que se hizo en 2013. Casi que mejor.