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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
9
Drama Es la época de la unificación de Italia en torno al Piamonte, cuyo artífice fue Cavour. La acción se desarrolla en Palermo y los protagonistas son Don Fabrizio, Príncipe de Salina (Burt Lancaster), y su familia, cuya vida se ve alterada tras la invasión de Sicilia por las tropas de Garibaldi (1860). Para alejarse de los disturbios, la familia se refugia en la casa de campo que posee en Donnafugata en compañía del joven Tancredi (Alain ... [+]
19 de diciembre de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Visconti ejerce de Chef maestro y despues de cuajar la jugosa tortilla de patata  italiana con mucha cebolla siciliana la lanza al aire con un arte inigualable y le da la vuelta para dorarla con primor. "Rocco y sus hermanos" (1960) y ahora "El gatopardo" completan de forma sorprendente la mirada social de un Visconti aristocraticamente proletario y viceversa como nadie.

Si en "Rocco" estaban todas sus entrañas Visconti ve su alter ego  en Don Fabrizio Principe de Salina creado por Giuseppe Tomasi di Lampedusa, en su única novela poco antes de su fallecimiento en 1957. Decía Dick Bogarde en sus memorias que Visconti era un comunista convencido que vivia en palacios. Esta dualidad fruto de sus origenes nobiliarios enfrentados a su conciencia social es su seña de identidad.

Lo que el viento se llevó en Estados Unidos con la guerra de secesión en Italia no hizo más que remover una polvareda que cambiara las cosas de sitio y volvieran a asentarse como estaban. El cinismo (gatopardismo) con el que la nobleza se adaptó a una revolución que unificó Italia bajo la monarquia Saboyana a costa de sacrificar sus ideales sociales republicanos.
Don Fabrizio lo entiende y asume pero le inunda la melancolia de una vida que ya no volverá. Sabe que desde la Edad Media el burgués necesita nombre y títulos para subir en la escala social y el noble dinero para seguir manteniendo su tren de vida y sus privilegios. La muerte y metamorfosis de su clase van parejas con el fin de su propia vida. Los momentos en que Fabrizio / Lancaster añoran su deseo de juventud en la figura de Angelica y anticipan su muerte contemplando el cuadro son en sí una obra maestra inolvidable, al igual que las salidas de caza, o la fiesta final, un derroche de maravillosa simplicidad y barroquismo operístico exuberante donde  la vena pictórica lo invade todo y el equipo de dirección artística echa el resto. El vestuario quita el hipo. Y si Giuseppe Rotunno nos maravillo con un excelso blanco y negro en "Rocco...", aquí hace lo propio con el color. Aunque depende de la versión que se vea, en Technicolor o De Luxe, la cosa varía. También existen varios metrajes.

Son tres horas de un cine que ya no se hace. Le sobran las escenas de las batallas, rodadas con desgana y que ni siquiera figuraban en el libro. Hay una cierta concesión melodramática en la historia de amor entre Delón y Cardinale para la galeria, cuando en la novela priman más los intereses que el enamoramiento, pero todo lo demás es sublime.

Visconti no quería para su personaje central al "cowboy" Lancaster como lo llamaba. La Fox le exigió para darle financiación, a una estrella con tirón comercial. Estaban en la lista Anthony Quinn, Spencer Tracy, Gregory Peck, Laurence Olivier...; Visconti se decantó por este último pero no pudo por problemas de agenda y al final fue Lancaster el elegido a desgana al ver su trabajo en "Vencedores y vencidos". Cuando Lancaster vio que se le ninguneaba en el plató se enfrentó a Visconti y le mostró sus credenciales como actor. Fue, parafraseando a Casablanca, el comienzo de una gran amistad y un trabajo del "cawboy" para la posteridad. 

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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