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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
7
Drama Clara, una ex-crítica musical de Recife de 65 años, vive retirada en un edificio particular, el Aquarius, construido en la década de 1940 sobre la chic Avenida Boa Viagem, que bordea el océano. Un importante promotor ha comprado todos los apartamentos, pero ella se niega a vender el suyo y emprende una guerra fría contra la empresa que la acosa. La estresante situación le perturba y le lleva a pensar en su vida, en su pasado, en sus seres queridos. (FILMAFFINITY) [+]
14 de septiembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil desligar a Doña Clara de Sonia Braga y viceversa. La actriz se fusiona de tal manera con el personaje que es capaz de enmascarar la ficción y convertirnos casi en espectadores de un documental sobre un personaje que se resiste a que su mundo y ella misma tengan una jubilación anticipada por otro mundo que viene acompañado de una brutal revolución tecnológica y que quiere adelantar el relevo sin ninguna piedad ni respeto sobre aquellos que permitieron con su vida que este último se produjese. La sabia y venerable tradición del consejo de ancianos, del respeto y el aprovechamiento de la sabiduría existencial de aquellos que han vivido y todavía viven o aquello de que la veteranía es un grado parece no tener ya sentido en este nuevo mundo punto cero o punto com o solo punto.

Doña Clara aún vive (y de que manera), aún ama y aún puede recordar, cosa que cada vez es un lujo en tiempos donde el Alzheimer parece haber encontrado su lugar para esperar a quienes se acercan a la meta final, en un acto de refinada crueldad robándoles el equipaje acumulado, la conciencia de haber existido. Doña Clara ha perdido a su amor, ha eludido la presencia de la muerte y tiene hijos a los que poder transmitirles un mundo que nunca conocerán. Doña Clara resiste y se agarra a la vida bañándose cada mañana en ese mar que ha sido el compañero más fiel.

No puede luchar ni cree que deba hacerlo con el mp3, pero no renuncia a sus vinilos. Con lo que si puede, debe y sabe luchar es con los de siempre, con las plagas de corruptos y especuladores que ocultos tras los logotipos de modernidad carcomen las entrañas sin piedad de todo aquello que sea susceptible de alimentar su insaciable voracidad.

Mendoça Filho tira de los recuerdos de su madre, de su Recife natal en este su segundo trabajo y nos lleva o se deja llevar de la mano de Doña Clara, hipnotizado e hipnotizandonos con su compañía hasta que alguien le debió advertir que ya se había pasado de metraje hace tiempo. Larga vida Doña Clara.
ELZIETE
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