Bienvenida al duro oficio de hacer cine en este país, Juana Macías. Es un placer que se le den oportunidades a nuevos realizadores como Juana que ya está en los cuarenta, pero más vale tarde que nunca y sobre todo si se estrena con esta estupenda película. Película de mujeres, interpretada por mujeres en sus principales personajes y que habla sobre problemas que aún no siendo exclusivos de ellas, si que, como en casi todo, llevan la peor parte.

Con un estupendo guión y buen pulso narrativo en el que se notan referentes marcados de otros autores, Juana lleva a su terreno de escasa producción unas historias cruzadas donde los dramas cotidianos en las relaciones de pareja de tantas mujeres toman relieve y dejan encima de la mesa muchas preguntas que cada espectador debe resolver por su cuenta. Todas las protagonistas hacen absolutamente creíbles sus personajes y dan un recital interpretativo que ya lo quisieran muchas otras "estrellas del celuloide", patrias y foráneas.

A los hombres nos ha tocado la peor parte: inseguros, egoístas, patéticos, infantiles... vale, quizá el desequilibrio social entre géneros necesite llevarse al extremo, aunque estaría bien que algún realizador diese la visión contraria que hombres buenos "haberlos haylos".