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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
9
Aventuras. Thriller. Drama La tensión entre cuatro trabajadores de una compañía petrolífera estallará durante un peligroso viaje durante el cual transportan nitroglicerina. (FILMAFFINITY)
21 de octubre de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi lo mejor que se puede decir hoy en día de H.G. Clouzot es que es un director a redescubrir. Puede que pocos se acuerden de su obra semioculta en un periodo de transición entre el cine clásico francés y la nouvelle vague, pero casi todo aficionado de cierta edad al cine que se precie recuerda esa película paradigma de tensión en que unos hombres se jugaban la vida transportando nitroglicerina por sendas impracticables de algún lugar de Sudamérica.

A Clouzot, cuya obra fue intensa pero no extensa, le marcaron en su vida para bien o para mal varias etiquetas. Se le tachó de colaboracionista durante la invasión nazi en la segunda guerra mundial a raíz de su película “El cuervo” (1943), en la que daba una imagen bastante pesimista del pueblo francés, tenía fama de ser un tirano con sus actores y se considera que fue el único que pudo hacerle sombra al maestro Hitchcock en el género del suspense, manteniendo al menos ese cetro en el cine francés. Afortunadamente para el cine pasada la contienda fue rehabilitado y en la década de los 50 nos dejó su legado más importante, cinco películas en las que destacan “Las diabólicas” (1955) y esta que nos ocupa. En ambas historias estuvo interesado el propio Hitchcock pero al final fue Clouzot quien se hizo con los derechos. Dice la leyenda que Hitchcock filmó “Psicosis” (1960) en respuesta a “Las Diabólicas” y que la famosa escena de la ducha puedo inspirarse en otra escena de la película de Clouzot. Anécdotas a parte “El salario del miedo hizo pleno total en los más importantes premios del cine europeo de la época”.

Basada en la novela con tintes autobiográficos del francés Georges Arnaud seudónimo del escritor, periodista y militante político Henri Girad cuya azarosa vida (acusado del asesinato de su padre, su tía y una doncella en una caso que nunca se llegó a aclarar del todo y del que fue absuelto después de permanecer año y medio en prisión) acabó dilapidando su fortuna y vivió en precarias condiciones en Sudamérica durante dos años cuya experiencia le sirvió para escribir la novela del mismo título.

El argumento encajaba a la perfección con la visión pesimista del hombre y la sociedad que mantenía Clouzot. Dividida claramente en dos partes bien diferenciadas en su extenso metraje que el director administra sabiamente en un crescendo magistral. En la primera aparte de servir de carta de presentación de los personajes, un grupo de marginados sociales que han acabado en un rincón perdido del mundo en el que se encuentran atrapados y que están dispuestos a lo que sea con tal de abandonar su estatus social, Clouzot se luce junto con su director de fotografía y dirección artística como creador de atmósferas y tipos de personajes. Aquí la metáfora del mundo despiadado capitalista explotador significado en la compañía petrolífera norteamericana que esquilma los recursos naturales de otras naciones es evidente. Tanto que los USA censuraron partes de la película por sentirse aludidos.

La segunda parte es un tour de force magistral lleno de recursos fílmicos al servicio de una gincana mortal que mantiene al espectador en vilo en la butaca a la espera de un desenlace imprevisible, en la cual el género propiamente de aventuras marida a la perfección con un retrato despiadado de las miserias humanas capaces de lo mejor y lo peor con tal de sobrevivir ajenos a que el destino tira los dados casi siempre cargados a favor del poderoso en un caprichoso y cruel juego del que el ser humano es un peón claramente sacrificable.

El reparto es acertado y cumple notablemente con sus roles, con un Ives Montand en su primer papel dramático y sobre todo un Charles Vanel actor y director, que se lleva la palma (en este caso la de oro en Cannes) aceptando con buen criterio uno de esos papeles que se suelen considerar un bombón por muy miserable que sea el personaje o precisamente por ello y que Jean Gabin rechazó temeroso de que pudiera perjudicar su imagen. A destacar la única presencia femenina encarnada por la brasileña Vera Clouzot esposa del director de forma poderosa y sensual que es tratado de la forma más denigrante posible por un mundo machista brutal y despiadado y cuyo perfil hoy nos parece políticamente y humanamente no solo incorrecto sino inaceptable. Se iba a rodar en España pero Montand se negó a trabajar bajo la dictadura franquista.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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