Hace ya, que se dice pronto, dieciocho añitos que la directora británica de origen indio Gurinder Chadha (1960) "quería ser como Beckham". Ahora quiere ser como el "Boss" o sea se como Bruce Springsteen. Y eso significa que independientemente en la época que la directora sitúe ambas películas las cosas han cambiado poco. Los rígidos esquemas sociales, con buena dosis de machismo patriarcal ya seas Indio o Pakistaní, la discriminación racial, avivada por las crisis económicas de turno siguen ahí. Chadha sigue apostando por el buen rollo, por el mestizaje, por contar cuentos aleccionadores que nos hagan soñar con un mundo mejor y salir con una sonrisa de esperanza de la sala. Su denuncia no deja de ser firme por ser amable y apuesta por los jóvenes como motor de ese cambio deseado. La puesta en escena y la narración no es como para tirar cohetes pero se agradece el esfuerzo.

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