Un gran favor es lo que le hacen Anna Kendrick y Blake Lively a este híbrido entre thriller y comedia pasado de metraje que no acaba de convencer en ninguno de los dos sentidos a pesar de entretener en ambos. Que no es poco. Ambas actrices se lo curran y se ganan sobradamente el sueldo. A la Kendrick ya la conocíamos, Lively sigue demostrando que es versátil y que puede dar mucho juego. Probablemente sea la comedia más elaborada y cuidada de la filmografía de Paul Feig, que tampoco es como para tirar cohetes. Tiene un pase.´

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