La serie sin duda es adictiva si te gusta el género, si no, no hubiera podido tragarme los 58 episodios de tirón, aunque reconozco que, a partir de la segunda temporada, la más floja, por cierto, he ido acelerando periódicamente imágenes y suprimiendo sonido, porque las escenas y situaciones se repiten en un bucle infinito en el que los personajes son figuras intercambiables a las que les pasa lo mismo una y otra vez.

Planos de coches y motos, la cosa parece un concesionario de vehículos, de acá para allá, personajes que se reúnen para lo mismo, diálogos repetitivos y cada equis tiempo medido con regularidad un muerto al hoyo y otro al bollo de la camorra suburbial napolitana donde se reproduce la estructura piramidal del capo en lo alto y los sufridos súbditos en las calles y plazas mendigando unas migajas que les reportan más de lo que les ofrece la sociedad legalmente establecida.

"Gomorra" serie. estira el éxito de la novela de Roberto Salviano y la película de Matteo Garrone más allá de lo razonable cuando en la primera temporada ya estaba todo dicho. La puesta en escena que refleja con eficacia el ambiente sórdido y oscuro apoyada en una buena elección de localizaciones urbanas con una acertada fotografía y dirección artística se llevan el gato al agua. Se pierde la oportunidad de haber profundizado en los motivos de la base social que hace posible estas mafias, con esos niños que aspiran a seguir los pasos de sus modelos en las bandas. Y por supuesto queda muy lejos de los referentes clásicos del género. 

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