Lo siento pero no puedo ser objetivo con esta película. La producción es estupenda y el elenco magnifico (magistral Enrique Villén como jefe de la editorial) a lo que hay que añadir la gozada de la BSO de Mastretta, pero por encima de todo esta el poder brutal de la nostalgia y del amor por unos personajes que van pegados como lapas a mi vida: Anacleto, agente secreto, La familia Cebolleta, Las hermanas Gilda, Angelito, La abuelita Paz y como no Los cuentos del tío Vázquez. Varias generaciones merecíamos este homenaje, este recuerdo de nuestra niñez y de una España donde los tebeos nos hacían reírnos de nosotros mismos que es la mejor manera de autocriticarse y salir adelante en un país todavía lastrado por la losa de muchos siglos de hacer las cosas mal. Concebida con la estructura del tebeo Oscar Aibar cede a su admiración y nostalgia del personaje y perdona los pecados (algunos muy gordos) del genial dibujante y compone una comedia trufada de miseria social. Lo siento pero cuando Vázquez abandona a sus hijos de papel en el cajón de la explotadora Bruguera se me han saltado las lagrimas. La edad.
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