El adiós a la infancia es el tema principal de esta cinta tierna, divertida, memorable... Basada en el libro autobiográfico "The Body" de Stephen King, cuenta con una banda sonora brillante llena de temas de los 60, un guión medido al detalle, perfecto, y unas interpretaciones de los cuatro niños protagonistas, únicas, destacando a Will Wheaton (que haría de un Stephen King en ciernes, entreteniendo a sus colegas con mil historias), y a un jovencísimo River Phoenix en una de sus primeras y prometedoras apariciones...
Una película necesaria que habla de la amistad, de los retos, del miedo a la muerte, del futuro, de la familia. Frases inolvidables, escenas que se quedan grabadas. Hace ya mucho tiempo que la vi, de niño, y me ha encantado volverla a revisitar.

Lo mejor: la banda sonora.
Lo peor: el doblaje quizá...