No soy fanático de Danny Boyle por razones que no vienen al caso, pero debo reconocer que en esta ocasión se la lució, comienzo diciendo que a diferencia del pensamiento de muchos me parece que el film en ningún momento se torna lento, todo lo contrario, impresiona como tanto los momentos de desesperación como aquellos trises de resignación fluían con una impecable naturalidad, ¡claro!... eso tiene un nombre... JAMES FRANCO quien sin lugar a dudas carga con todo brindando una actuación que si decimos buena no se le estaría haciendo ni remotamente justicia, en realidad esta excepcional, nos entrega todo su talento en el film que puedo considerar como el mejor de su vida, sosteniendo todo el peso de una película que si bien es cierto no cuenta con una historia original; esto se ha visto muchas veces, para saberlo sólo habría que cambiar el escenario, pero se relata con suavidad, con calma y una sutileza que sólo un gran director puede lograr, mostrando lo que queremos, debemos y esperamos ver de una manera magistral.

No me canso de decirlo acude a un realismo que roza lo supremo. Estéticamente da gusto, una fotografía que cumple, una banda sonora de ensueño y una canción que no es sorpresa fue nominada al Oscar(no me gusta decirlo, pero... de mis ojos goteaban las lagrimas). Quiero vivir, deseo vivir, amo a mis padres, la familia no es importante... la familia lo ES TODO, eso te entrega este drama de Boyle en 93 minutos que es poco tiempo pero que te regala mucho, es lo que te obsequia este casi milagroso film.

¿Tengo quejas? - Siii, muchas, pero... ¿para qué arruinarlo?.

Gracias.