Esplendor en la hierba es todo eso y más. Esplendor en la hierba no narra una simple historia de amor, aunque esta ejerza como hilo conductor, sino que relata problemas universales como el conflicto generacional entre los padres y los hijos, las convenciones sociales y el “qué dirán”, el amor pasional truncado y la aceptación del destino. Se muestra también una extrema preocupación por el puritanismo, de lo que se deriva la pérdida del amor a causa de la represión sexual.

Para entender el significado profundo de esta película es necesario conocer los versos que dan nombre a la película, y que su protagonista Deanie, recita en dos ocasiones: Ode on intimations of immortality de William Wordsworth.

En cada palabra encontramos inmerso el concepto de nostalgia, la nostalgia romántica, el recuerdo melancólico de un tiempo que fue, de un amor que se perdió. El poder de la nostalgia se apoya en que fortalece el sentimiento de haber vivido algo intenso, aunque como en este caso sea una relación cargada de dolor. Porque el amor no existe para hacernos felices, sino que existe para demostrar qué fuerte es nuestra capacidad para soportar el dolor que nos produce. Y ese dolor impregna todo verdadero amor cuando este se acaba.

La pareja protagonista, se encuentra ajena a su entorno más cercano y pasan por situaciones de incomunicación con sus iguales. Oprimidos por los problemas que no son capaces de compartir con los demás se sienten extraños. La joven pareja sufre un proceso de fingimiento por la importancia de las apariencias en una sociedad puritana, que resultan un peso insoportable para ellos. La tensión entre aparentar y el impulso lleva a la ruptura interior en Deanie, mientras que a Bud le conduce hacia una doble moral.

La interpretación de Natalie Wood, es memorable, hace olvidarse de que Deanie es un personaje de ficción. Cada palabra suya estremece, desgarra el corazón. El sentimiento es tan inmenso que se sale de la pantalla, nos hace parecer que es real. Irrumpe el psicologismo, el personaje ya no se define por el peso de sus actos, sino por la confusión de sus motivaciones. En Deanie se observa un comportamiento neurótico y realista, que se desencadena a través de la propia interioridad psicológica de la actriz, de sus propios temores. Kazan crea una estructura en continuidad a partir de las acciones de Deanie, en las que narra las diferentes situaciones que la llevan a la locura.

Estéticamente, el filme, se caracteriza por sus localizaciones naturales, para darle el máximo realismo posible. Kazan emplea una iluminación neutra, realista. Esta iluminación solo varía en las escenas en las que Deanie evoluciona hacia la locura. La iluminación aquí se vuelve más subrayada, con presencia de claroscuro.

Esplendor en la hierba es un ejemplo de realismo y sobredramatización y con un estilo sobrecargado, pero justificado por el tono de la historia y la caracterización de los personajes.