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España España · Somewhere over the rainbow
Voto de iñaki:
7
Drama Tras la repentina muerte de su padre, un joven playboy (George Peppard) hereda una empresa aeronáutica y se convierte en un neurótico megalómano que llegará a crear un gran imperio económico. Esta película se inspira en la vida de Howard Hughes. (FILMAFFINITY)
19 de agosto de 2022
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En “Retorno a Brideshead”, Julia Marchmain describe a su marido como “el conjunto de unas algunas facultades muy desarrolladas en un hombre. El resto simplemente no existe”. Con ello quiere decir que se mueve como pez en el agua en actividades consideradas típicamente masculinas, como los negocios o la política, pero que las cuestiones afectivas le son indiferentes. Algo así le ocurre a Jonas Cord, con la salvedad de que este manipula y maltrata cruelmente a todo aquel que se le acerca, especialmente a las mujeres.
La historia de Jonas Cord es una sucesión sin pausa de grandes negocios, enriquecimiento y canalladas. A los diez minutos de película ya se ha cargado a su padre de un berrinche y heredado una modesta empresa química que será su trampolín para meter el cucharón en la industria de los plásticos, en la aeronáutica y en la producción cinematográfica, donde dejará bien claro que para él las personas son poco más que marionetas.
La película avanza con paso firme y seguro y es pródiga en secuencias tensas y diálogos afilados. La puesta en escena saca partido y potencia esas situaciones, permitiendo el lucimiento de los interpretes, entre los que destacaría al crepuscular Alan Ladd y a la incitante Carroll Baker. Para mi gusto, sólo flojea Elizabeth Ashley. Es lástima que, a pesar de que la historia se desarrolla entre los años veinte y treinta, el diseño de producción, sobre todo en los aspectos de peluquería, maquillaje y vestuario femeninos, delate su producción en los años sesenta.
El mayor fallo que le encuentro a la historia es la morcilla psicológica que intenta justificar con un trauma infantil y el temor irracional a la locura el carácter hostil hasta la crueldad del protagonista. Y tal como le espeta Nevada en su última secuencia, tras su violenta pelea, tiene muy mal perder y no tiene redención. Esta secuencia hubiese constituido el final lógico de la película y no el pegote que le añadieron después. Creo que hasta el público de entonces hubiese asumido que, efectivamente, no tenía redención. Ni la merecía.
iñaki
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