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España España · Madrid
Voto de Damarela:
5
Drama Segunda mitad del siglo XVII. Dos jóvenes jesuitas portugueses viajan a Japón en busca de su mentor, el conocido misionero Padre Ferreira. Los últimos rumores indican que, tras ser perseguido y torturado, Ferreira ha renunciado a su fe, algo difícil de creer para los sacerdotes que parten en su búsqueda. En Japón ellos mismos vivirán el suplicio y la violencia con que las autoridades japonesas persiguen a los cristianos, a los que ... [+]
11 de enero de 2017
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Silencio (Silence 2016, España 2017) tenía por lo menos tres ingredientes para que fuera a verla, y tres ingredientes de peso: su director, Martin Scorsese, del que no veía nada desde El Lobo de Wall Street; su ambientación, en un Japón feudal, aliciente para cualquier friki; y la presencia del carismático Liam Neeson. Aparte, si te provocan curiosidad, como a mí, las películas adaptadas de novelas (en este caso del autor Shusaku Endo) Silencio sólo tenía que no cagarla demasiado para convertirse en una de mis películas favoritas acerca del Período Edo.

Y si estoy hablando así es porque evidentemente no ha sido de esta manera. Silencio ha resultado un ejercicio de paciencia (para mí, naturalmente) en el que las herramientas han sido manejadas torpemente.

(me salto el argumento que ya lo conocéis)

La película empieza realmente a las dos horas de comenzar

Y es que el mayor problema que tiene Silencio es su longitud. Los hechos que cuenta, muy escasos, habrían sido mejor manejados en una película de menor duración. Igualito que en El Renacido. Scorsese debería de recordar que en el cine el impacto de las imágenes es enorme y no hace falta más que unos segundos de metraje para transmitir lo que en los libros lleva muchas páginas.

Cual Tolkien hablándonos de la escarcha, los bosques y la frondosidad de sus árboles, Silencio se pierde en la redundancia. Ese afán por mostrarnos más y más escenas de persecuciones y momentos tensos sólo consiguen llevarnos a un estado de indiferencia en el que estamos deseando que algo pase. He visto mucho cine japonés y su ritmo es más pausado, y el uso de los silencios es llevado a cabo con armonía y con el firme interés de que realicemos una introspección.

El ejercicio que realiza Scorsese en pos de lograr algo parecido se limita a que el título de la película haga alusión al supuesto silencio de Dios ante las súplicas de los jesuitas portugueses, aunque no se puede negar que el debate y la duda sobre si conservar la vida o conservar la fe está presente durante toda la película.

[...]

La parte más interesante, sin duda, es la prueba de fe constante que sostiene el padre Rodrigues (auténtico y absoluto protagonista del metraje). Su fe, sencilla, humana, real, es zarandeada, no sólo por el silencio de Dios, sino por su necesidad de salvar vidas humanas. Quizás se ha olvidado de que lo importante era salvar las almas, no los cuerpos de los cristianos conversos, y el inquisidor japonés se aprovecha de ello, pero quizás es tan humano que no puede soportar la prueba, cual martirio de Jesús, que se le impone, y esa dicotomía entre su labor como sacerdote y sus flaquezas como humano son sin duda el plato fuerte de la película.
www.generacionfriki.es
Damarela
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