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Voto de Biopunk:
6
7,2
15.319
Thriller
Kyung-chul es un psicópata peligroso que mata por placer y que ha cometido varios asesinatos con unos métodos diabólicos difíciles de imaginar. Sus víctimas son chicas jóvenes. La policía lleva tiempo intentando capturarlo. Un día, aparece asesinada la hija de un jefe de policía retirado. El novio de la chica, un agente secreto, jura vengarse. (FILMAFFINITY)
28 de agosto de 2017
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Primera hora de película y todo sucede según lo previsto. El espectador observa al asesino en serie de la ocasión acechando y matando a su víctima. El familiar de dicha víctima (futuro marido en este caso) comienza su venganza personal, investigando a los sospechosos y aplicando su propia ley. Finalmente lo encuentra y, frotándose las manos, el espectador se deja dominar al fin por ese placer culpable, implacable e insaciable de disfrutar una larga, sangrienta y explícita tortura. Aunque en el fondo sabe que algo no va bien. Todo ha sido demasiado rápido. Lo que otras películas tardan dos horas en exponer ésta se lo ha ventilado en menos de una… y todavía queda otra hora y media más. Desconcertado, al espectador solo le queda esperar.
Y es aquí cuando llega lo diferente, lo ‘original’. Lo rebuscado. Lo que cuesta mucho creer, incluso entendiendo la idea de la que parte.
La película está bien rodada, con planos cuidados, detalles, manejo del suspense notable… Y la interpretación de Choi Min-Sik es excelente, lo mejor de la película. Sus miradas, su risa, su forma de moverse… Provoca miedo en cada plano que sale. Merece la pena ver el filme por él.
El giro que hace diferente la película en su mayor parte lo comento en la zona spoiler, y se acepte o no (dependerá del espectador) hay que decir que la película se disfruta, pero no llega al nivel de los mejores thrillers de venganza o policíacos surcoreanos, cuya trama suele caracterizarse por estar muy elaborada, con giros creíbles y bien encajados, ya cuente una historia simple o compleja. Y es por esa parte donde cojea este diablo.
Y es aquí cuando llega lo diferente, lo ‘original’. Lo rebuscado. Lo que cuesta mucho creer, incluso entendiendo la idea de la que parte.
La película está bien rodada, con planos cuidados, detalles, manejo del suspense notable… Y la interpretación de Choi Min-Sik es excelente, lo mejor de la película. Sus miradas, su risa, su forma de moverse… Provoca miedo en cada plano que sale. Merece la pena ver el filme por él.
El giro que hace diferente la película en su mayor parte lo comento en la zona spoiler, y se acepte o no (dependerá del espectador) hay que decir que la película se disfruta, pero no llega al nivel de los mejores thrillers de venganza o policíacos surcoreanos, cuya trama suele caracterizarse por estar muy elaborada, con giros creíbles y bien encajados, ya cuente una historia simple o compleja. Y es por esa parte donde cojea este diablo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La idea de soltar al asesino no es mala en sí, de hecho, el planteamiento está ‘prestado’ de Old Boy, donde al protagonista (curiosamente también interpretado por Choi Min-Sik) es soltado al mundo ante el desconcierto del personaje y el espectador y, de la misma forma, es constantemente vigilado y torturado por otra persona. Pero hay una gran diferencia, Old Boy es una película pensada al milímetro, es una historia de venganza mucho más elaborada y muy diferente a ésta. En aquella se consigue la sensación de que, a pesar de estar libre, el protagonista se encuentra atrapado de alguna forma. En la película que nos ocupa, es todo lo contrario.
Teniendo en cuenta que el policía quiere torturar al asesino y el asesino es un psicópata violador homicida, la idea de soltarlo sin tener un plan más allá de ponerle un localizador es rematadamente estúpida. Ni 10 minutos tarda el tío en cargarse a otras dos personas y, como era de prever, el cabrón es tan listo que le da la vuelta a la situación, no solo esquivando al policía y su patético intento de convertirlo en su presa, sino matando a toda su familia y riéndose en su cara al restregarle la victoria.
El problema es, por tanto, que el personaje que intenta vengarse es estúpido e incluso al rematar la película resulta imposible buscar lógica en sus acciones. No hacía falta enrevesar tanto la venganza. ¿Para qué? ¿Enseñarle a ser una persona normal? ¿Hacerle sentir lo que sintió su esposa? Una vez lo tiene en sus manos, hay formas mejores de crueldad que dejarlo suelto a su libre albedrío para darle unos azotes cada vez que intenta propasarse con una señorita. Simplemente no soy capaz de creerme tal insensatez.
A esto hay que unirle otro giro de los acontecimientos también no muy creíble, cuando el asesino se entrega, la policía va a detenerlo y de repente aparece el protagonista con el coche y lo mete a la fuerza en él. Es verdad que esto nos regala una escena muy buena de Choi Min-Sik, donde la súplica por no ser asesinado se convierte de repente en un discurso de superioridad y desprecio, haciéndole entender al protagonista por qué ha ganado a todos los niveles y no alcanzará su venganza ni por medio de la tortura. Sí, nada mal, pero la forma de llegar a esa situación debería ser más creíble, al igual que el giro de soltar al criminal, y no pasarse de vueltas con la originalidad de la venganza perdiendo la coherencia en el camino.
¿Y al final a qué venía todos esto? Pues supongo que la moraleja es que, si encuentras al diablo, no intentes jugar con él. Lo de aprender a planificar y terminar una venganza tampoco es mala conclusión, pues de bien es sabido que es un plato que se sirve frío.
Teniendo en cuenta que el policía quiere torturar al asesino y el asesino es un psicópata violador homicida, la idea de soltarlo sin tener un plan más allá de ponerle un localizador es rematadamente estúpida. Ni 10 minutos tarda el tío en cargarse a otras dos personas y, como era de prever, el cabrón es tan listo que le da la vuelta a la situación, no solo esquivando al policía y su patético intento de convertirlo en su presa, sino matando a toda su familia y riéndose en su cara al restregarle la victoria.
El problema es, por tanto, que el personaje que intenta vengarse es estúpido e incluso al rematar la película resulta imposible buscar lógica en sus acciones. No hacía falta enrevesar tanto la venganza. ¿Para qué? ¿Enseñarle a ser una persona normal? ¿Hacerle sentir lo que sintió su esposa? Una vez lo tiene en sus manos, hay formas mejores de crueldad que dejarlo suelto a su libre albedrío para darle unos azotes cada vez que intenta propasarse con una señorita. Simplemente no soy capaz de creerme tal insensatez.
A esto hay que unirle otro giro de los acontecimientos también no muy creíble, cuando el asesino se entrega, la policía va a detenerlo y de repente aparece el protagonista con el coche y lo mete a la fuerza en él. Es verdad que esto nos regala una escena muy buena de Choi Min-Sik, donde la súplica por no ser asesinado se convierte de repente en un discurso de superioridad y desprecio, haciéndole entender al protagonista por qué ha ganado a todos los niveles y no alcanzará su venganza ni por medio de la tortura. Sí, nada mal, pero la forma de llegar a esa situación debería ser más creíble, al igual que el giro de soltar al criminal, y no pasarse de vueltas con la originalidad de la venganza perdiendo la coherencia en el camino.
¿Y al final a qué venía todos esto? Pues supongo que la moraleja es que, si encuentras al diablo, no intentes jugar con él. Lo de aprender a planificar y terminar una venganza tampoco es mala conclusión, pues de bien es sabido que es un plato que se sirve frío.