Un poco mejor que el infumable e intrascendente episodio I. Ésta al menos puede resultar entretenida, tiene un poco de esencia aventurera aunque muy lejos de la trilogía original. La música de John Willians hace maravillas y catapulta las escenas a niveles superiores a lo que realmente son, tan solo sus partituras pueden llegar a estremecer y emocionar, y la película lo agradece, así como el espectador. Otro gran acierto es el protagonismo de Obi-Wan Kenobi, interpretado por un Ewan McGregor que logra pillar el punto al personaje y realizar la mejor interpretación de todo el reparto. También que el detestable Jar Jar Binks tenga pocos minutos, aunque mejor hubiera sido no darle ninguno. Y por último, la historia ya tiene algo de peso en lo que está por venir: la era del Imperio y el nacimiento de Darth Vader, ratificado por el regreso de la partitura de la marcha imperial en todo su esplendor.

Sin embargo en el guion, los efectos digitales y los pequeños detalles la película es una catástrofe. Anakin se nos presenta como un adolescente arrogante, inmaduro y de hormonas descontroladas. Un niñato en toda regla que tiene a Obi-Wan ejerciendo de niñera, lo que choca visiblemente con la forma en que Ben hablaba de él en el episodio IV, describiéndole como un compañero leal, un buen amigo, un camarada de aventuras, definición que claramente no se ajusta a este Anakin odioso. Yo diría que Lucas no ha sabido como contar su historia y la enfocado de forma errónea. No le hace falta ser un capullo prepotente para hacernos ver que el Lado Oscuro es más propenso en él, la idea de que es un hombre sentimental y que el amor hacia sus allegados es su talón de Aquiles por el cual el Lado Oscuro penetrará es un motivo muy bueno y mucho más desgarrador si llegase a presentarlo como una persona noble y honrada cuya perdición llegará en su afán de proteger a los que ama. Sería mucho más impactante para el espectador, ver como el héroe se transforma en villano poco a poco por sus pasiones, puede que incluso con cierto paralelismo con la historia de Luke. Al menos yo lo veo así. El actor elegido para interpretarlo, Hayden Christensen, tampoco ayuda nada y menos aún la forma de tratar la relación romántica con una Padmé que no envejece en el tiempo, una relación cursi, infantil, ñoña y nada creíble.

Como villano de esta entrega tenemos al gran Christopher Lee, que nos deja unas buenas batallas finales pero muy desaprovechado, aunque no tanto como el villano del episodio anterior. Y si no nos hacía ninguna falta ver al Anakin niño, más de lo mismo para el Boba Fett niño. Pero que manía tiene Lucas con meter personajes de la trilogía clásica con calzador y cargarse parte de su misterio.

Más grande es la obsesión por lucir efectos digitales. La película marea en ese aspecto, está sobrecargada. Bichos digitales, monstruos digitales, robots digitales, naves digitales, asteroides digitales, ciudades digitales, edificios digitales, interiores digitales… cansa y mucho, se echan de menos escenarios naturales, así como personajes y batallas que no parezcan sacadas de un videojuego. Hablando de escenarios, tenemos mucha variedad, desde ciudades sacadas de Blade Runner a lugares sombríos, áridos o de gran viveza, oscuros y lluviosos o cálidos y luminosos. Si no fuera por lo recargados que están la película podría llegar a tener un choque de ambientaciones interesante.

Otro detalle que molesta un poco es el de los Jedi. En principio son caballeros de la paz y no puede llegar a serlo cualquiera, hay que tener dotes innatas, sentir la fuerza de forma especial y llegar a ser merecedores de la espada. Una religión de unos pocos elegidos. Pero en esta película los hay a docenas y… ¡Hasta hay una escuela!. No me agrada nada la idea, le hace perder un poco de valor a Luke. La espada era el distintivo de que era diferente, único, mientras en las precuelas cualquier quisqui la lleva y la usa, como si las vendieran en la esquina.

A pesar de sus innumerables errores, incoherencias, detalles irritantes, coincidencias innecesarias, la penosa historia amorosa, el malogrado carácter de Anakin y los cargantes fx, la película entretiene, gracias en gran parte a la portentosa banda sonora y al personaje de Kenobi, a la multitud de escenarios y a una historia planteada en forma de thriller político de intriga y acción que, si bien es ampliamente mejorable, al menos no deja la sensación de ser una pérdida total de tiempo.