En el segundo visionado el populacho ha sido inmisericorde: pulgar abajo. Tenía mejor recuerdo de King Arthur, pero en este caso apenas ha conseguido entretenerme esta reinterpretación desopilante del Ciclo Artúrico en la que la fantasia épica medieval de toda la vida se torna en una interminable peli de romanos bastante chusca. El guión no hila especialmente fino a la hora de dar una idea del marco histórico: estamos en Britannia en el siglo V y Rómulo Augusto está a punto de echar la cancela al Imperio, pero todo el mundo viste como en Quo Vadis, supongo que para que al espectador medio no se despiste. también sale un muro de Adriano que parece sacado de una atracción de Port Aventura y que más allá de sus lindes está infestado de Pictos (¿quedaban a esas alturas?) que más bien parecen Na'vi pequeñitos. Y por si esto no fera poco, los Sajones, que visualmente son indistinguibles de Vikingos, se unen a ala fiesta e invaden la isla en ese momento... y se desata un potaje que hará que cualquier historiador quiera echarse salfumán en los ojos. Ah, claro, y hay que meter como sea lo que todos sabemos: Arturo, Ginebra, Lancelot, la espada en la piedra, Merlín... Dejo a cada cual que juzgue si está conseguido con tino, pero yo me quedo sobre todo con que la película está regularmente llevada. Nadie del reparto tiene especial gancho, la historia es zafia y previsible, los situaciones son abracadabrantes y las escenas de acción están filmadas y montadas de forma muy mejorable. Pues eso, correcta para un interludio de siesta pero poco más.