No contento con haber firmado una de las peores películas de la historia, Batman forever, este individuo volvió a ponerse a los mandos para regalarnos este engendro de grandes proporciones. Las líneas maestras son muy parecidas a las de su hermana mayor: guión que recoge todo lo peor del Batman en mallas de los 60, actores que pierden toda su dignidad por unas monedas, neón a espuertas, y muy poquito sentido del ridículo. Como gran novedad, aparte de que el aún reconocible Val Kilmer es sustituido por el amigo Clooney, ávido por meter la cabeza en el mundillo, tenemos a una porcina Alicia Silverstone haciendo de Bat-Girl, uno de los personajes más innecesarios de la historia. O'Donell ni está ni se le espera. El desfile de payasadas, diálogos para besugos nocturnos y estéticas imposibles es de tal magnitud que, al menos para mí, supone un auténtico calvario de finalizar: haganme caso y pasen de Burton a Nolan, sin paradas intermedias.