En el período gubernamental de Vicente Fox –a inicios de la década pasada–, los gastos del ex mandatario superaban lo impensable, entre ellos la construcción de una biblioteca pública a la que muchos denominaron "Elefante blanco". Lo anterior debido a que no reflejaba el costo de su construcción y que solo servía para engalanar una gestión que nuevamente se tornaba corrupta e ineficaz en la dirigencia de la nación. La práctica añeja alcanza a México en pleno siglo XXI y la que seguirá siendo el recurso más empleado en la justificación del despilfarro.

En la cinta que nos atañe Trapero hace un recuento del elefante blanco argentino un hospital inconcluso, con los mismos fines políticos, sin embargo al no terminarse el proyecto es convertido en la morada de habitantes de escasos recursos, víctimas de la desigualdad e ignorancia, esas que suelen asolar los asentamientos irregulares.

Este recuento se hace a partir de la incursión de dos sacerdotes en el sitio, tratando de regular y de dignificar el modus vivendi de sus habitantes, mas la corrupción y el crimen imperante se convertirán en el dolor de cabeza de ambos hombres. El director logra con fotografías tangibles de una realidad entrar a una madeja de situaciones de difícil resolución, volcando la presión tanto de autoridades eclesiásticas como de los moradores hacia los curas, colocándolos al limite y orillando su postura hacia un lado de la balanza.

Con sucesión de escenas lineal Trapero presenta a sus tres personajes principales e indaga en el vecindario acerca de las vicisitudes. Trata de mediar entre los dramas de sus protagonistas y a la vez de lo que el elefante blanco representa. Hay buena recreación de la represión, un retrato inmediato de la pobreza latente y la desesperación, sin embargo la historia por momentos es cansina debido a la falta de objetivos claros y aterrizados con respecto a todo lo presentado.

Las actuaciones de buen nivel, aunque me parece que el encajonamiento de Ricardo Darín como redentor ya encontró su límite (XXY, El secreto de sus ojos, Carancho, Kamchatka, Luna de Avellaneda, etc.). Veo a este actor y me remite a buenas acciones, hay que darle un giro a los papeles que interpreta.

Regresando a la película es suficiente, traducido a que no es delesnable, quedando claro la existencia de títulos mejores.