La felicidad y optimismo de tiempo completo extrañamente la podemos concebir de falsa y simple. Pareciera mentira pero el comportamiento humano que demuestra tal plenitud genera incomodidad, vista entre algunos de los personajes de la trama (los profesores, la hermana y disimuladamente hasta la compañera de cuarto), transmitida a nosotros como espectadores y que sin duda alguna podría decir que se experimenta desde ambas posiciones de vez en cuando a nivel personal.

La crítica asegura que la actriz sobrepasa con su interpretación los límites de la paciencia, irrita la simple idea de no tomarse las cosas en serio. ¿De qué ríe? ¿Se puede tolerar malas caras de los profesores? ¿Su comportamiento transmite ideas erróneas? Todo es una cuestión de percepción y ciertamente hay personalidades que interpretan el comportamiento de acuerdo a las propias experiencias, recibiendo "mensajes" de una manera muy particular, sin relación a lo que de fondo expresa quien tiene una dulce vida.

Por momentos la trama intenta adentrarse con cuestiones de madurez, la edad, la estabilidad, los tabúes, las frustraciones, sin detenerse en ninguno, por lo que se convierte en una gama de posibilidades que aquejan la realidad rosa de la joven optimista. Considero que la película daría para mucho más, encontrando en esta supuesta virtud, los mayores desaciertos para sujetos con esta postura, destapando defectos.

La cinta se limita a ser interesante nada que nos conduzca a un parteaguas dentro de las cintas del género romántico.