con sólo tres enunciaciones en cartel: secuestrar a tu jefe, acostarse con su hija y mirar mal a un bizco, revelan el remake de la cinta mexicana "Matando Cabos", una de las más exitosas de los últimos tiempos de este país, la cual funciona de principio a fin dada la agudeza con que plantea un secuestro y todos los sucesos desatados a partir de él en tónica de comedia irrefrenable. Sin embargo, los remakes pierden esa frescura con que viene dotado el original y transcurridos los primeros 20 minutos se concluye su inefectividad dado que el contexto mexicano es determinante para muchas circunstancias.

Además el talento a cuadro se siente poco natural y acartonado, si se cotejaran ambos trabajos saldría a relucir la intensidad de un Raúl Méndez como Botcha contra la tibieza de Ernesto Alterio en el mismo personaje, o bien a una Rocío Berdejo (Lula) contra Clara Lago, ya que la angustia y nerviosismo de la primera ante sus actos no tienen en absoluto nada que ver con el de la española, aspectos importantes que restan credibilidad a la nueva versión.

Hay filmes resistentes a nuevas versiones, en este caso la mexicana no necesita de ellas. Ver para comprobar.