Hacer una segunda revisión de las películas puede ocasionar que notes los evidentes errores maquillados con los efectos especiales, propicios para deleitarnos y pasar por alto la pobreza del guión, esto por dar algún ejemplo. El metraje en su mayor parte es entretenido, al mostrar las posibilidades de no tener presencia y el terror que se puede generar al ser asediado por el deseo de poder acrecentado por la envidia y los fracasos del protagonista. El problema radica en dirección al clímax, aquí la exageración rebasa las posibilidades del tema y lo vuelve ridículo, sin posibilidad de tener una conclusión digna.

No es extraño que el género de acción siempre decae con el trabajo de los guionistas, al ser proyectos por encargo, con el objetivo de la generación de divisas y teniendo un mercado cautivo en busca de la ficción. Desde mi punto de vista, se exige más de lo que el cine estadounidense está dispuesto a dar.

Kevin Bacon en muy buena interpretación, queda en la mente quien fue el hombre invisible de la nueva década.

Pasable.