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Voto de Juan Marey:
9
Cine negro Después de ser despedido del periódico donde trabaja, Mike Reese se hace socio de un pequeño periódico de provincias en donde intenta poner en práctica los métodos de la prensa de la gran ciudad. Un asesinato en el que está envuelto un magnate de la prensa será la oportunidad perfecta para sus planes. (FILMAFFINITY)
27 de junio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La carrera de Cyril (Cy) Endfield quedó frustrada apenas cuatro años después su comienzo. El precio que tuvo que pagar por rodar las dos películas que sentía debía hacer tras un par de films de aprendizaje, fue demasiado alto. Siguió rodando, durante muchos años y por la exigua parte vista, con cosas realmente buenas, pero ya nada volvió a ser lo mismo, se truncó un espíritu. Tanto "The underworld story (Historia del Hampa)" como "The sound of fury" ambas de 1950, las "culpables" de su sino, son dos auténticas dentelladas en la realidad americana que empezaba a recomponerse después de la guerra en Europa y ya tenía encima otro conflicto: Corea. Una víctima propiciatoria para el Senador McCarthy, lógicamente, que tiró del hilo de su fama de "progresista" para concluir que era una amenaza. Es muy probable que Endfield no fuese demasiado consciente de que poco más le iban a dejar decir, porque desde luego no ahorra ni un sólo ángulo escabroso, no es extraño que su voz resultara molesta a los oídos de los que mandan, porque no queda títere con cabeza ni institución a salvo tras contemplar ambos films: la justicia, la prensa (la amarilla y la que cree ser guardiana de valores), los políticos, los grandes hombres de negocios, las empresas que más poder acumulaban...

"Historia del Hampa" es una crónica implacable de los modos de trabajo de la prensa sensacionalista americana en relación a un crimen del que injustamente se culpabiliza a una inocente, el film hace un buen retrato de la atmósfera paranoica e inquisitoria de aquellos tiempos, de la corrupción política y sus conexiones con la delincuencia, ayudado por un guión muy bien escrito y la fantástica interpretación de actores de la talla Dan Duryea o Herbert Marshall. Visualmente la obra es fantástica, y los elementos del argumento son barajados por Endfield con ingenio y eficacia magistral, al igual que en otras joyas de este período aquí nadie es completamente bueno o malo, y supone una interesante variación/evolución para Duryea, de sus personajes de gangster anteriores.

Centrándonos en Duryea, la verdad es que uno no puede dejar de quedarse fascinado y enganchado a la pantalla ante la exhibición que hace este fantástico actor, aquí imbuido en la figura de Mike Reese, cínico buscavidas dispuesto a todo para triunfar de nuevo. Reese obviamente guarda claras similitudes con el personaje de Kirk Douglas en la maravillosa “El Gran Carnaval” (1951), pero a mí me recuerda también a Richard Widmark en esa obra maestra realizada ese mismo año llamada “Noche en la Ciudad” de Jules Dassin. Las similitudes con el filme de Wilder son obvias al compartir la temática periodística, pero creo que hay mucho de ese buscavidas que interpretaba Widmark dispuesto a todo por conseguir sus propósitos y capaz de manipular a tantas personas diferentes enredándolas para su beneficio propio. Reese es un desalmado, pero tiene en el fondo algo de humanidad y la cinta consigue que ese cambio parezca natural. Inmenso trabajo de Dan Duryea que nos demuestra cómo su carisma y sus dotes como actor le permitían llevar adelante sin problemas un papel protagonista más allá de sus famosos secundarios repulsivos.

Una pequeña joya que merece destacarse tanto por sus cualidades cinematográficas como por su valentía en una época en que ese rasgo se hacía más necesario que nunca.
Juan Marey
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