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Voto de Juan Marey:
9
Drama Tras ser plantada por el capitán Donal Harvey (Clie Brook), Lily (Dietrich) gana reputación como una famosa aventurera. Pero la situación se calienta cuando estos ex amantes se encuentran en el tren camino de Shanghai. Compartirán sitio con un grupo de pasajeros de distintas nacionalidades y clases incluido un comerciante muy sospechoso rechazado por la bella Lily. Cuando el tren es asaltado por rebeldes chinos, el capitán Harvey es ... [+]
1 de mayo de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El expreso de Shanghai” es sin duda una de las mejores películas que Josef von Sternberg rodó con Marlene Dietrich. Juntos habían hecho ya “El ángel azul”, “Marruecos” y “Fatalidad”, y juntos harían más tarde “La venus rubia”, “Capricho imperial” y “El diablo es una mujer”. En los títulos de crédito de todas estas películas dirigidas por Sternberg encontramos a los mismos fieles colaboradores, aquí es Lee Garmes, el director de fotografía, el que obtiene en “El expreso de Shanghai” lo mejor de la sutil fotogenia de la diva, utilizando luces y sombras, la penumbra de la estación de tren, o las persianas que filtran los rayos del sol, para destacar su belleza y su erotismo en cada plano, alimentando el misterio de su mito, su trabajo fue galardonado con un Oscar. El vestuario, con vestidos de plumas, con velos transparentes, estilizados trajes, o abrigos de piel, está a cargo del célebre especialista de Hollywood, Travis Banton, que alimenta cada aparición de la Dietrich con su propio ingenio.

El personaje de Shanghai Lily, escrito por Jules Furthman a partir de la novela de Harry Hervey, está hecho a la medida de la diva, un mito alimentando al otro, ya que en la ficción la belleza y la reputación de apasionada y caprichosa devoradora de hombres que tiene Shangai Lily, está íntimamente relacionada con la propia reputación que tenía Marlene Dietrich, un nombre, decía Jean Cocteau, que empieza como una caricia y acaba como un latigazo. El mito de Marlene se identifica aquí con el de esa prostituta de lujo que sigue enamorada del único hombre al que amó en su vida y al que encuentra cuatro años después en ese tren, con aquella réplica que se hizo célebre en su época: “necesité muchos hombres en mi vida para cambiar mi nombre por el de Shanghai Lily” dice la actriz en la ficción a su amante interpretado por Clive Brook.

Quizás para compararla con “Gran Hotel”, que ese mismo año, 1932, le arrebató a “El expreso de Shanghai” el Oscar a la mejor película, se apodó a la película de Sternberg como “El gran hotel en movimiento”. La línea ferroviaria que va desde Pekín a Shanghai y en la que Sternberg nos ofrece una fascinante atmósfera en esa época colonial y cosmopolita de los años 30, salió enteramente de su imaginación, pues la película se rodó en una línea férrea en Santa Fe, en los Estados Unidos, con un tren que fue pintado enteramente de blanco.

Una película magistral, que está aún demasiado influida por el cine mudo pero que, sin embargo, aquí no molesta, y con una Dietrich grandiosa en un papel que parece estar escrito expresamente para ella.
Juan Marey
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