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Voto de Juan Marey:
8
Drama Perteneciente a una humilde familia obrera que vive en la zona barcelonesa de Hospitalet, el joven Paco Sánchez (Julián Mateos) trabaja como mecánico en una fábrica. En sus ratos libres, el veterano boxeador Paulino (Luis Romero) y su fracasado amigo Conca (Carlos Otero) lo entrenan como boxeador, pero su situación se complica cuando llega el momento de dar el salto de amateur a profesional. Fascinado por las ofertas del chanchullero ... [+]
26 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los primeros años de la década de 1960 apuntaban hacia un cine español de calidad, con obras maestras del la talla de “El cochecito” (Marco Ferreri, 1960), “Plácido”(Berlanga, 1961), “Viridiana”( Buñuel, 1961) o “El verdugo” (Berlanga, 1963) y con la irrupción de cineastas noveles con ganas de cambiar una cinematografía anquilosada y condicionada por la dictadura. Los miembros del Nuevo Cine Español (Carlos Saura, Francisco Regueiro, Manuel Summers, Mario Camus, Miguel Picazo,...) fueron los protagonistas de un espejismo de lo que pudo y no llegó a ser, cuando el cine español buscaba la modernidad cinematográfica que también se estaba asentando en otros lugares de América, Asia o Europa, dicho espejismo no tardó en desaparecer, aunque tras de sí dejó un buen puñado de películas de incuestionable calidad, sin duda, una de ellas es “Young Sánchez”, el segundo largometraje de Mario Camus, quien con anterioridad a la realización del film había colaborado con Saura en el guion de la imprescindible”Los golfos” (Carlos Saura, 1959) y debutado en la dirección de largometrajes con la también fantástica “Los farsantes” (1963)..

Mario Camus es seguramente el cineasta español que más -y mejor- ha basado sus películas en obras literarias españolas: “Los farsantes”, “Young Sánchez”, “La visita que no tocó el timbre”, “Con el viento solano”, “La leyenda del Alcalde de Zalamea”, “Los pájaros de Baden-Baden”, “Fortunata y Jacinta”, “La colmena”, “Los santos inocentes”, “La casa de Bernarda Alba”, “La ciudad de los prodigios”... A la vista de esta relación, me imagino que os preguntaréis: ¿por qué “Young Sánchez”, y no “Fortunata y Jacinta “, “La colmena” o “Los santos inocentes”, sin duda sus más logradas adaptaciones de textos literarios? Y la verdad es que si he preferido ese lejano y casi olvidado título se debe precisamente a su doble carácter de lejano y olvidado, mientras las otras tres citadas son bien conocidas -y frecuentemente repuestas en las pantallas de la televisión-, la película de 1964 constituye una rareza, que con toda probabilidad muchos no conocéis. Con todas las evidentes limitaciones de una obra primeriza, es una excelente adaptación cinematográfica de un estupendo relato corto de Ignacio Aldecoa, muy conseguida en su fidelidad, no tanto al argumento, la trama o los personajes, como al espíritu y al clima del texto traducido.

Como era costumbre en una cinematografía condicionada por las subvenciones, los intereses de los productores o la escasez de medios, Camus asumió la realización de “Young Sánchez” en precarias condiciones de rodaje, pero esto no le impidió realizar un soberbio film que rezuma pesimismo y realismo en cada uno de sus fotogramas. Su película, atípica en cuanto a su temática boxística, apenas abordada en el cine español, es la sombría exposición del paso de Paco "Young" Sánchez (Julián Mateos) de amateur a boxeador profesional. La historia es poco novedosa, chico de clase trabajadora que tiene condiciones y que recibe el apoyo de su entrenador, el gran campeón Luis Romero y de su mejor amigo, pero los cantos de sirena y los negocios turbios llamaran a su puerta en forma de mafiosos que solo buscan el dinero fácil sin pensar en las personas y aplicando el tongo si es necesario. Pero Camus convierte el tema en un recorrido por una Barcelona protagonista, pobre cerca del mar, donde vive el protagonista y sus amigos y rica de Gran Via hacia arriba donde lo hacen los mafiosos y extorsionistas.

Bajo mi punto de vista la película tiene tres claros puntos de referencia: primero, los grandes films policíacos que se hicieron años antes en la Ciudad Condal, me refiero por ejemplo a las fantásticas: “Apartado de correos 1001” (1950), de Julio Salvador, y “Brigada criminal” (1950), de Ignacio F. Iquino. En segundo lugar la influencia del neorrealismo italiano, en especial su proximidad con esa obra maestra que es “Rocco y sus hermanos” de Visconti. Y por último el referente de uno de los mejores films sobre el tema, “Cuerpo y alma” (Body and soul) de Robert Rossen. Con estos puntos de referencia y pese a sus limitaciones presupuestarias y su falta de experiencia, Camus consigue realizar uno de los mejores films de boxeo rodados en Europa, una fantástica película que creo merece una atención especial.
Juan Marey
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