Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Juan Marey:
10
Comedia Un crítico teatral que acaba de casarse decide visitar a sus ancianas tías antes de marcharse de luna de miel. Durante la visita descubrirá que las encantadoras viejecitas tienen una manera muy peculiar de practicar la caridad. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2015
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del ataque a Pearl Harbor, Capra, que nunca eludió los desafíos (hipotecó su casa para realizar Juan Nadie) voló a Washington y se alistó voluntario en el Ejército, pero antes de incorporarse pidió una licencia de varias semanas para adaptar al cine “Arsénico por compasión”, su objetivo era simplemente el de ganar el dinero suficiente para mantener a su familia mientras durara guerra, y lo logró, pero además consiguió transformar esta adaptación de una obra teatral de idéntico título escrita por Joseph Kesserling en una absoluta obra maestra, un hito en el género de las películas de enredo.

“Arsénico por compasión” relata la historia de dos encantadoras viejecitas que alquilan habitaciones a hombres mayores, melancólicos y solitarios, con la intención de envenenarlos, aparentemente inofensivas, tía Abby y tía Martha no se mueven por instinto homicida, sino por la piadosa intención de aliviar el sufrimiento de ancianos sin familia, que ya no esperan nada de la vida. Josephine Hull y Jean Adair dan vida a las dos maravillosas tías de Mortimer (nuestro querido Cary Grant, eje central absoluto de la película) y chocan de frente con la misma manía de Jonatahan Brewster, la oveja negra de la familia, que también mata a gente, pero sus instintos son más bien asesinos. Este papel está interpretado por un genial Raymond Massey de sospechoso parecido con Boris Karloff, no se trata de un simple ardid del guión, sino de un homenaje al propio Boris Karloff, que durante años interpretó el papel en la versión teatral, con un contrato que no le permitía tomarse ni una semana de vacaciones, lo cual impidió que participara en la película.

La locura navega por toda la historia, desde la propia manía de las tías, hasta el personaje loco por antonomasia: “Teddy Roosevelt” Brewster (inspirado John Alexander), tercer hermano, que creyéndose el Presidente de los Estados Unidos, está ajeno a todo y utiliza las escaleras de la vivienda para repetir el célebre grito del presidente durante el asalto a la colina de San Juan: “¡Carguen!”. Pero el verdadero eje central del film es Cary Grant , la estrella absoluta cuya perfecta compenetración con todos los demás actores, le convierten en el motor de la película. Cary Grant sobreactuó por exigencias de Capra, que había dirigido en varias ocasiones a Harold Lloyd y no quería una interpretación realista, sino hiperbólica y manierista, casi de cine cómico, con una gesticulación abundante, Grant está exultante, indudablemente sobreactuado, pero absolutamente magistral.

Uno de los viajes más delirantes, inteligentes y agudos a través de la risa, una risa que proviene de transformar en un bestial humor negro, situaciones nada graciosas, que encadenadas una tras otra, se disfrutan cual montaña rusa de la carcajada, teniendo como baza principal “el más difícil todavía”, cuando parece que no se va a poder reír más, “Arsénico por compasión” sube un peldaño más en su humor hasta una parte final antológica. Una disparatada y genial comedia de humor negro; quien no se ría con esta película es que realmente tiene un grave problema, se toma la vida demasiado en serio.
Juan Marey
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow