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Voto de Juan Marey:
7
Drama En una base aérea de los Estados Unidos, el oficial al mando no ha conseguido superar una inspección y lo relevan. Su sustituto, el Coronel Cadwell, es un héroe de la guerra de Corea (1950-1953) que carece de experiencia para dirigir una gran unidad en permanente estado de alerta. La necesidad de hacer valer su autoridad le planteará graves problemas de relación con sus compañeros e incluso con su esposa. (FILMAFFINITY)
1 de febrero de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Delbert Mann fue uno de los más reputados artesanos del cine hollywoodiense de los años cincuenta y sesenta, e incansable director de producciones televisivas durante más de cuatro décadas. Aunque tenía más de 60 títulos en su haber, Mann es recordado sobre todo por ser el responsable de esa maravilla titulada “Marty”, un delicioso drama romántico de 1955 que él mismo había llevado a la pequeña pantalla un par de años antes y protagonizada por unos memorables Ernest Borgnine y Betsy Blair. Otros títulos emblemáticos dentro de su filmografía son la inolvidable “Mesas separadas” (1958), en la que reunió un reparto apabullante que contaba con Deborah Kerr, Burt Lancaster, Rita Hayworth y David Niven, la notable “En mitad de la noche” (1959), la estupenda comedia “Pijama para dos” (1961), con Rock Hudson y Doris Day, o la película que hoy nos ocupa, el drama bélico “Nido de águilas” (1963), de nuevo con Rock Hudson.

El drama de un militar inflexible, duro como una roca, que tiraniza a sus subordinados en una estratégica base aérea, hasta el punto de ganarse la antipatía general, constituye la base de un film que se mueve en dos direcciones: la estrictamente dramática y la documental, siempre bajo el signo de la guerra fría. Junto a Rock Hudson protagoniza la historia la atractiva actriz sudafricana Mary Peach, de irregular carrera artística –más centrada en la televisión– y cuya última aparición en pantalla fue a los 60 años en “La Isla de las Cabezas Cortadas” (1995).A destacar la banda sonora de Jerry Goldsmith, en uno de sus primeros trabajos. Robert L. Bratton fue candidato al Oscar por los mejores efectos de sonido.

Una interesante y entretenida película, con un buen guión y que cuenta con unas magníficas escenas aéreas.
Juan Marey
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