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España España · Palma de Mallorca
Voto de Javier:
8
Aventuras. Drama Narra la historia de Moisés (Christian Bale), un hombre de extraordinario valor que desafió al faraón Ramsés (Joel Edgerton) y liberó a 600.000 esclavos, que protagonizaron una épica y peligrosa huida a través de Egipto en busca de la Tierra Prometida. (FILMAFFINITY)
11 de diciembre de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno ve Exodus es inevitable compararlo con "Los diez Mandamientos". Se espera una película religiosa, fiel al mensaje del Antiguo Testamento, con unos grandes decorados egipcios y unos personajes impecables donde el pueblo judío cobra especial relevancia. Incluso se espera uno una gran fuerza dramática y emotiva en la relación entre Ramsés y Moisés, entre Moisés y su hermano Aaron o entre Moisés y el pueblo elegido.

No ocurre nada de esto. Los personajes secundarios como Ben Kingsley (patriarca judío) o Susan Sarandon (madre de Ramses) apenas aparecen y sólo son importantes para dar consistencia a su parte argumentativa. Están de relleno, y al igual ocurre con el pueblo judío. En lugar de mostrarnos un pueblo con identidad propia, ante los ojos del espectador, resulta una masa informe sin personalidad alguna.

Incluso la relación entre Dios y Moisés parece más psicológica que real. Si no son por "los milagros" diríamos que Moisés sufre de alucinaciones fruto del accidente que sufrió en el monte Sinaí.

Tampoco Moisés parece una persona religiosa. Al principio nos muestra un Moisés escéptico (da igual si fue salvado de las aguas), y luego tras la aparición de Dios (un niño como para quitarle importancia) aparece un hombre más bien guerrero que converso por su carácter terrenal como se ve en su relación con Sephora (el único toque íntimo y humanista de la película). Moisés más que un personaje salvador bíblico se ve un hombre demasiado humano y familiar con una relación con el pueblo judío demasiado formal. En realidad, el sentido de la vida lo ve más en su familia que en el irse a Egipto, como si le forzase las propias circunstancias a cumplir con una misión no estrictamente religiosa, sino más bien psicológica.

Todo lo que le rodea a Moisés acontece de manera "fantasmagórica" como si fuese irreal. Las casas de los hebreos son como las chabolas de un barrio pobre. Las pirámides de Egipto parecen naves espaciales de otra civilización (se relaciona con los decorados de Prometheus), y todos los personajes no son más que sombras.

Frente a ese mundo "psicológico" de Moisés, con la sensación de que el propio director pusiese en entredicho la existencia de dicho personaje bíblico, se nos aparece una naturaleza muerta, cruda y hostil para la propia existencia y supervivencia humana. Este contraste va "in crecendo", especialmente cuando tiene que cruzar el mar Rojo. Resulta espectacular ver como los carros de los egipcios tienen que cruzar un camino que amenaza con derrumbarse, la retirada de las aguas con la aparición de una planicie yerma, las mismas casas de los hebreos en una montaña que parece que con un simple terremoto todas se irían abajo. Es esa naturaleza amenazante (incluso el monte Sinaí parece más una montaña de escombros que una compacta) es la que hace despertar tanto a los personajes o al propio espectador de ese letargo que parece estar sumido en este mundo tan psicológico: en los personajes por su falta de religiosidad, y en el espectador por una expectativa demasiado estereotipada del Antiguo Testamento.

De ahí que destaque esta película por su gran lucha entre dos fuerzas: la irrealidad de la psicología humana y la realidad de la cruda naturaleza. Es una película que nos invita a despertarnos y ver reflejado nuestra propia existencia en la película: la lucha del hombre por encontrarse a sí mismo y vencer todos los obstáculos sean imaginarios o reales.
Javier
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