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España España · MADRID
Voto de Spark:
4
Acción. Thriller Tras el fallecimiento del primer ministro británico en extrañas circunstancias, todos los líderes mundiales se reúnen para su funeral. Pero existen planes para que el acto, que cuenta con la mayor seguridad del planeta, sea una oportunidad para acabar con los mandatarios y sembrar el caos en todo el mundo. El presidente de los Estados Unidos y sus colaboradores del Servicio Secreto son los únicos capaces de evitar la tragedia. (FILMAFFINITY) [+]
22 de julio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada nuevo bajo el sol. Babak Najafi (director experimentado en largos suecos) le toma el relevo a Antoine Fuqua en esta saga de tiros sin ton ni son, y el resultado no es demasiado diferente al del film predecesor "Objetivo: La Casa Blanca" (2013). El Presidente de los Estados Unidos (Aaron Eckhart) viaja con su guardaespaldas y mejor amigo (Gerard Butler) a un funeral de estado en Londres, donde se han congregado todos los jefes de Estado... pero no saben que se ha urdido un complot para acabar con todos ellos y realizar una matanza por toda la ciudad de paso.

"Objetivo: Londres" no engaña a nadie que haya visto la cinta anterior (que no evitaba ser un compendio de tópicos más que abordados en los blockbuster de acción norteamericanos. Extranjeros terroristas malvados, un presidente que es una recopilación de atributos (bondadoso, listo, ágil, buenorro, honrado, compasivo, etc.) y una sucesión de escenas de acción donde los malos tiene más balas que las existentes en todo el planeta Tierra, y donde los buenos tienen más vidas que la gata Esperanza Aguirre y son más listos que Stephen Hawkins y Will James Sidis juntos). Pero, si bien "Objetivo: La Casa Blanca" contaba con un progreso argumental tópico pero fluido... éste es directamente tópico sin más.

Pues que "Objetivo: Londres" iba a ser una americanada donde solo el Presidente y sus trabajadores cercanos son capaces de salvar a todos los heridos de unos atentados y apresarlos (con banderas de barras y estrellas ondeando al viento y música cursi de circunstancia) era lo esperado. Pero que el asunto llegara a aburrir en tantas ocasiones tal vez no era lo que el espectador medio hubiera deseado (ni siquiera el más fan del cine de acción va a evitar pedir la hora durante la cinta. Y eso que esta segunda parte dura algo menos que la primera).

Y la culpa la tiene un tratamiento de sus situaciones tan superficial y trivial como unidimensional y arquetípico (¡vamos, que ésta no es una cinta de acción con ataque terrorista a lo "Día de patriotas" (2016) o "World Trade Center" (2005), ambas de lo más recomendables por cierto!) Un desarrollo de las acontecimientos grisáceo y tan solo centrado en mostrar los efectos especiales de puentes destrozados, coches en llamas y metralletas a toda máquina. Por ello "Objetivo: Londres" es incapaz de despertar el interés del espectador medio, que observa la cinta con indiferencia y distancia.

No niego que distraiga a ratos gracias a su C.G.I. tan conseguido y a sus planos dinámicos en ese Londres tornado en un campo de batalla, ¡pero vamos!, ¡qué la batalla no tiene las vicisitudes de "La chaqueta metálica" (1987) o la garra de "Black Hawk derribado" (2001)!

Y así con esto, los actores tiene poco o nada que hacer. Pues sus roles ni tan siquiera tienen diálogos que ocupen más de una página. Desde luego su trío protagonista ha tenido mejores materiales en los que desplegar su talento actoral ("Million Dollar Baby" (2004), "El Caballero Oscuro" (2008), "El soldado de Dios" (2011), etc.)... incluso si de cintas comerciales de mero pasatiempo se trata (me vienen a la mente "Como Dios" (2003), "Sin reservas" (2007) o "El fantasma de la ópera" (2004)). Pero en "Objetivo: Londres" no tienen ni la oportunidad de rescatar una cinta que tiene claro su objetivo pero que lo logra muy a duras penas. Un entretenimiento que va camelando por su puesta en escena de gran producción, de fotografía equilibrada, de realización orgánica y de efectos especiales competentes... pero que va alejando sin remedio por culpa de la cotidianeidad de su devenir a nivel de guion. No es recomendable ni como cine palomitero... a no ser que se sea muy fan de alguno de sus intérpretes, de la acción pura de espectáculo sin una mínima historia consistente (a lo "Dos policías rebeldes" (1995), "Wanted" (2008) y demás). "Objetivo: Londres" no es capaz de llegar al nivel de amenos blockbusters de acción como "Shooter" (2007), "John Wick" (2014), "Desperado" (1995), "El rascacielos" (2018) o la saga de "A todo gas" entre otras (y por supuesto está a años luz de "Jungla de cristal" (1988), "Red de mentiras" (2008) o de "El caso Bourne" (2002) y sus secuelas si de cintas de acción se trata), más bien se queda a nivel global en un "Géminis" (2019), un "Sin salida" (2011), un "La sombra de la sospecha" (2006) o un "La fría luz del día" (2012).

Lo mejor: Su C.G.I.
Lo peor: La forma de tratar las escenas por parte del guión (cero diálogos, cero drama, cero humor, cero intriga. Solo explosiones, tiros, chillidos y frases patrioteras norteamericanas de lo más tópicas).
Spark
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